Fin de semana en el refugio campestre de mis suegros, a primera hora ya andaba buscando algo «que llevarme a la boca», en estas fechas el campo está «muerto» solo quedan los restos de lo que fue.
Hace casi 30 años que planté un madroño en ese lugar, ahí se está defendiendo cada año, crece un poco y a la vez se seca otra parte, utilizo sus ramas para hacer alguna cosilla de madera, es muy bonita y dura.
El madroño es de los pocos árboles que conozco que a la vez tiene FLOR y FRUTO, es curioso, sus flores aguantan las heladas perfectamente al contrario que Continuar leyendo «341/365 Frutas de invierno»