A punto de acabar mi jornada laboral de hoy he ido a tirar la basura al punto limpio, allí hay una barbaridad de moscas y una de ellas que parecía lela, mansa o que el frío había hecho mella en ella se me ha parado en el brazo, me ha parecido que quería ser mi amiga así que he cogido un tarrito y se ha venido conmigo a casa, allí he intentado hacerla un retrato pero no ha habido manera, era imposible verla quieta un instante, parecía cabreada, el calor del hogar le había devuelto la vitalidad pero me daba la impresión de que no le gustaba esto de la fotografía, después de una hora de duras negociaciones he tenido que abandonar, la he devuelto a su hábitat natural o sea “a la puta calle” pero me he “quedao con su cara”.
Es posible que como fotografía no valga mucho pero los que estáis acostumbrados a hacer macro valorareis la dificultad de esta toma sin olvidar que está detrás de un cristal y suele salir doble imagen. La imagen tiene un recorte del 10 por ciento aprox.
Un saludo
Hombre, dejando aparte el corte de las alas y patas, y dada la dificultad de que como dices, el calorcito la había resucitado y no paraba de moverse… pues no está tan mal y encima detrás de un cristal, vamos que le has sacado bien nítida su pelambrera.
Dentro de un mesecito, mesecito y medio, empieza la temporada 🙂
Si quieres un mayor acercamiento hay que sacrificar algo de patas o cola, Gracias por comentar, un saludote.
Al final para no haceros amigos, se ha portado la mosca y has sacado un buen beneficio, me gusta.