INTRODUCCIÓN: A lo largo de su vida mi madre siempre tomó los alimentos con AGUA y mi padre siempre con VINO. (Junio 2022, en modo borrador).
1—La cabra perdida, 2— Las patatas cochineras, 3— Cambio jamón por tocino, 4— La carne de pollo, 5— Los pescados del rio, 6 — La caza, 7 — El cepo y el Manolo, 8— La caza con losa, 9 — El buitre, 10— Los tronchos de las berzas, 11— Los corderos y cabritos.
Este post habla de mis recuerdos sobre la alimentación en Alcorlo en el siglo pasado, recuerdos vividos unos y escuchados otros de boca de los antepasados, todos ellos dignos de ser recordados, para entre otras cosas, valorar los alimentos que hoy tenemos en la mesa y darles su justa importancia.
Hemos llegado a un momento en la vida del ser humano que lo que antes era una cuestión y unos valores prioritarios hoy se han convertido en algo que no le damos la importancia que para mi entender deben de tener, hablo de los ALIMENTOS.
Antiguamente el momento de tomar los alimentos era sagrado, hablo del momento donde toda la familia se reunía alrededor de la mesa; por lo general no había que llamar a ningún miembro de la familia para tal cuestión porque posiblemente las tripas ya llevaban un rato demandando alimento y ansiosos se esperaba que llegara ese momento.
Si antiguamente la vida del ser humano giraba en torno a la alimentación, pues de ello dependía la vida, hoy por hoy parece que eso lo tenemos garantizado y nos preocupa más si tenemos conexión informática para comunicarnos con nuestros “amigos”, (amigos estos que quizás ni tienes el gusto de conocer físicamente) que el tipo de alimento que hoy vamos a ingerir.
Antiguamente los niños tenían que criarse “como los tomates de la vega”, sin coste alguno, si tenemos que comprar abonos y demás, si hay que estar pagando por ello pues… mal vamos, quizá no compense.
Los niños duros, los más duros, los más fuertes, los más resistentes a las enfermedades salían hacia adelante, los demás perecían por selección natural de las especies. ¡Por supuesto que también influía en la supervivencia el que más suerte tenía!, comenzando incluso por el instante de la creación en el que el espermatozoide que más cerca estaba o más suerte tenía en ese momento se convertía en el superviviente, el resto perecerían irremediablemente.
Yo no estuve muy lejos de seguir sus pasos, me refiero al perecer tempranamente, cada invierno padecía de Continuar leyendo «La alimentación en Alcorlo»