Y quise conocer la radio

Y QUISE CONOCER LA RADIO. Julio 2022 (borrador).
La radioafición, o sea, la banda ciudadana de los 27 Mhz creo que nació en Estados Unidos por los años 60, aunque en algún lugar leí que realmente fue a partir de que acabase la guerra de Vietnan cuando tomo auge, sobre todo por aquellos  soldados supervivientes de la contienda que echaban de menos aquello de comunicarse con mensajes clave y demás (por eso en parte la comunicación de esta banda es en clave). Como la electrónica en aquellas fechas y sobre todo en países adelantados ya estaba al alcance de algunos pocos poco a poco se fue convirtiendo en un entretenimiento que a muchos de nosotros, no voy a decir nos cambió la vida, pero sí que en parte nos torció del camino que traíamos hasta entonces, de tal manera que invertimos (al menos yo) algún dinero y sobre todo MUCHO TIEMPO en saber qué había detrás de aquella “cebolla con un botón” que te permitía comunicarte con otras personas a través de las ondas de radio, personas que muchas veces no llegarías a conocer en persona pero que tampoco te importaba ya que la mayor parte de las conversaciones giraban en torno a cómo mejorar el alcance del equipo, como conseguir el no va más, el poder llegar más lejos con tan solo 4 ridículos watios de potencia en antena, etc aunque con los colegas de la ciudad cercana algunas veces terminabas haciendo amistad en la barra de un bar.

Podíamos decir que era como el internet de hoy, lo mismo servía para encontrar un trabajo que para resolver una avería del auto que para hacer amigos y luego irse de copas, en fin, como un chat o grupo washap de hoy…

También sirvió para echar una mano en catástrofes o accidentes ya que aunque no sean equipos que en comunicación directa lleguen más allá de Continuar leyendo «Y quise conocer la radio»

Reciclarse o morir

A veces las cosas salen solas, sin tener que ir a buscarlas, los astros del universo, tu propio Dios o la Susincordan o el yo que sé, se alinean para ponértelo en tus manos. Años llevaba con la ilusión de tener un aparato de esta categoría y mira por donde cayó en mis manos sin soltar una pela…
Historia de la reforma de un amplificador de audio de la firma Bose, tecnología, diseño, funcionamiento de estos aparatos, comportamiento del sonido, el audio de alta calidad, etc.
Resulta que cuando iban a comenzar las fiestas de Mayo aquí en el pueblo (mayo) para limpiar y ordenar las casetas de las peñas en aquella zona instalaron dos contenedores de obra, contenedores que se llenaron de sillas, neveras, congeladores y multitud de trastos que después de dos años de inactividad por cuestión del Covid nadie iba a utilizar ya porque hay aparatos que del simple hecho de no usarse se estropean ellos solitos.
Cada día paseábamos por aquella zona el Sugus y yo tres veces al día, mañana, medio día y noche. En uno de esos paseos del medio día vi que habían sacado al contenedor de la basura un aparato que parecía un equipo de música; era como un cajón grande y pesado, también una veintena de sillas que aunque de forma estaba bien de presencia era todo lo contrario porque estaban llenas de cagadas de pájaro que después de dos años sin uso optaron por tirar al contenedor en vez de limpiar, una docena de ellas las monté también en la furgoneta… Son de esas de tijera, fabricadas en madera de haya, o sea, para toda la vida, siempre que no se sienten en ellas sujetos de más de 90 kg de peso.

Al aparato no se le veía electrónica alguna pero sí cuatro pequeños altavoces por lo que con la idea de cargar las sillas llegué hasta allí con la Volkswagen y un destornillador. Me puse a desmontar los cuatro altavoces pequeños y vi que no era fácil así que cargué como pude el mueble y las sillas y lo bajé al taller, o sea, a la casa de mis padres, para desguazarlo en otra ocasión con tranquilidad. Tengo que decir que soy un fans de los altavoces, todavía recuerdo la tarde que con mis quince años compré un altavoz viejo en una chatarrería y cómo me estafó el sr chatarrero, creo que pagué por él lo mismo que nuevo…

Unos días después me puse con ello y desmonté el mueble pieza por pieza cuanto pude, era un mueble como diría un colega “fabricado con dos cojones”, hecho con madera de esa muy compactada y muy gruesa, del orden de 25 o 30 mm, muy bien ensamblada, de esos de ¡para toda la vida” y de los que aguantan caerse por una escalera abajo sin riesgo a que se descompongan.

Pronto descubrí que detrás de lo que era un pequeño control de volumen había una tremenda placa electrónica del tamaño Continuar leyendo «Reciclarse o morir»

Lo que las fotografías no nos cuentan

 

LO QUE LAS FOTOGRAFÍAS NO NOS NO CUENTAN.  2 de Julio de 2022, sábado. (Algunas notas de mi diario).
Ayer estuve pasando gran parte de la tarde/noche en Yebes; que recuerde es la tercera vez en diez años que voy por esos lugares. La primera vez fue Martín, mi compañero de aventuras de aquellas fechas (Agosto de 2012), lo más que llegamos a hacer fue una fotografía nocturna de larga exposición con la luna en lo alto y una estela del paso de un vehículo, de fondo las antenas parabólicas del observatorio astronómico. Viendo los resultados de esta última noche tengo que decir que en la técnica de la fotografía nocturna, y en concreto la del Universo, considero que he dado avances muy importantes, en aquellas fechas no le daba importancia a la luna, si estaba llena o vacía me resultaba indiferente, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que es quien manda en la noche… Esta es la foto de aquel 2012.

Siguiendo el hilo de la reina de la noche (la luna) este fin de semana era el último hasta el mes siguiente para hacer fotografías de calidad a la Vía Láctea así que me propuse no desperdiciar la ocasión y hacer una salida de esas típicas, te vas de casa sobre las siete de la tarde y vuelves siete horas después, o sea, sobre las dos o tres de la madrugada pero como decía mi padre “si quieres peces tienes que mojarse el culo”.

Obtener una buena fotografía de la Vía Láctea sin la necesidad de Continuar leyendo «Lo que las fotografías no nos cuentan»