Y quise conocer la radio

Y QUISE CONOCER LA RADIO. Julio 2022 (borrador).
La radioafición, o sea, la banda ciudadana de los 27 Mhz creo que nació en Estados Unidos por los años 60, aunque en algún lugar leí que realmente fue a partir de que acabase la guerra de Vietnan cuando tomo auge, sobre todo por aquellos  soldados supervivientes de la contienda que echaban de menos aquello de comunicarse con mensajes clave y demás (por eso en parte la comunicación de esta banda es en clave). Como la electrónica en aquellas fechas y sobre todo en países adelantados ya estaba al alcance de algunos pocos poco a poco se fue convirtiendo en un entretenimiento que a muchos de nosotros, no voy a decir nos cambió la vida, pero sí que en parte nos torció del camino que traíamos hasta entonces, de tal manera que invertimos (al menos yo) algún dinero y sobre todo MUCHO TIEMPO en saber qué había detrás de aquella “cebolla con un botón” que te permitía comunicarte con otras personas a través de las ondas de radio, personas que muchas veces no llegarías a conocer en persona pero que tampoco te importaba ya que la mayor parte de las conversaciones giraban en torno a cómo mejorar el alcance del equipo, como conseguir el no va más, el poder llegar más lejos con tan solo 4 ridículos watios de potencia en antena, etc aunque con los colegas de la ciudad cercana algunas veces terminabas haciendo amistad en la barra de un bar.

Podíamos decir que era como el internet de hoy, lo mismo servía para encontrar un trabajo que para resolver una avería del auto que para hacer amigos y luego irse de copas, en fin, como un chat o grupo washap de hoy…

También sirvió para echar una mano en catástrofes o accidentes ya que aunque no sean equipos que en comunicación directa lleguen más allá de diez km de distancia es suficiente para poder controlar un área importante, sobre todo si se hace una red con todas las emisoras

Lo de la distancia que se podía cubrir con esos 4 watios de potencia era tan relativa que lo mismo no podía escucharte alguien que se encontraba a 2 km pero sin embargo escuchabas a gente de las islas Canarias o de Sudamérica con una claridad asombrosa… cosas de las ondas, de esta banda, del sistema de emisión y de mil cosas más. Como ejemplo diré que con un pitido de morse de esta banda podías enviar un tono y escucharlo tu mismo unos segundos después de la emisión, tiempo en que la onda emitida subía a la estratosfera, rebotaba en ella y bajaba a la tierra, volvía a rebotar en la estratosfera y así durante cuatro o cinco veces hasta que finalmente volvía a tus oídos, esa onda la podía recibir cualquier persona que te estuviera sintonizando esa frecuencia ¡en cualquier parte del mundo!… ¿era o no era interesante? Estamos hablando del año 1975 aproximadamente, VEINTE o TREINTA AÑOS antes de que pudiésemos hacer lo mismo con un teléfono móvil y sin necesidad de tener o no cobertura con el repetidor o con el satélite.

UN POCO DE HISTORIA hasta llegar a 1980. Siempre me gustó saber, saber cosas, saber cuánto más mejor, desde que era un crio, a mis padres les escuché decir mil veces que “El saber no ocupa lugar”,  gran parte del conocimiento que hoy tengo se lo debo a LOS LIBROS y otra parte es fruto de mi experimentación y descubrimientos a lo largo de la vida. Los libros me han ido enseñando casi todo lo que sé y ¿por qué?… porque alguien se molestó en escribirlos con el fin de que otros se sirvieran de su esfuerzo hasta llegar a esas conclusiones y con ello ganaran tiempo en resolver sus dudas o problemas.

Aprovecho para anotar aquí que siento mucha envidia por las personas que saben más que yo, sin embargo no siento ninguna envidia por los que tienen más bienes que yo… ¿será eso normal? La explicación es muy sencilla: el que tiene conocimiento es porque se lo ha currado, empleando generalmente mucho tiempo en ello, sin embargo el que goza de tener muchos bienes NO SIEMPRE ha sido porque se lo ha currado él sino porque le tocó la herencia de un tío suyo que vivía en América o también pudo ser que lo consiguiera de una manera poco lícita, o sea, que es de esos que no te encontrarás nunca en el cielo, jajjaja o sea, que no le costó sudor alguno el amasar su fortuna por eso no puedo sentir por él la misma simpatía que siento por el otro.

Al poco de aterrizar en Guadalajara después del desalojo que sufrimos en Alcorlo por la construcción del embalse que lleva su nombre (1976) me hice socio de la biblioteca pública de Guadalajara, tendría yo unos 16 años, pronto comencé a sacar libros de allí pero no de lectura sino de tecnología, concretamente de electrónica y dentro de la electrónica lo relacionado con la radio, yo quería saber cómo funcionaba una radio, sobre todo desde que por aquellas fechas me dijera María Ayllón (paisana de Alcorlo) que “recientemente su hijo con unas poquitas piezas había sido capaz de fabricar una radio” y pensé que si Javi lo había conseguido yo tenía que al menos intentarlo, ¡era una radio de GALENA!

En los dos primeros años de ir por la biblioteca ya me había leído prácticamente todos los libros relacionados con la electrónica y las ondas de radio que no eran más de una veintena de libros; el resto de libros de electrónica de radio trataba de válvulas, una tecnología ya en desuso. Algunos libros los leí varias veces, a la vez que los leía iba haciendo experimentos que allí se detallaban, por aquellos entonces todavía no trabajaba ni tenía dinero para componentes electrónicos para entretenerme y aprovechaba que ya se veían por las escombreras algunos aparatos de radio antiguos abandonados o incluso algunos pequeños aparatos de radio (transistores) de amigos o familiares también que cayeron en mis manos, aparatos que ya habían dejado de funcionar… era el material que disponía, grandes ratos pasé sacando los componentes y guardándolos en cajitas, resistencias, condensadores, etc, (aún guardo parte de aquello) era una manera muy práctica de ver la realidad de lo que los libros me mostraban, allí estaban aquellos condensadores de láminas de aluminio con los que se sintonizaban las emisoras, los controles de nivel de sonido o tono que eran unos potenciómetros tremendamente grandes, las bobinas con sus ferritas y sus botes blindados de frecuencias intermedias, etc, era una bonita forma de aprender…

Pasaron muchos años, más de una docena, hasta que comprara mi primera emisora de 27 Mhz, durante todo ese tiempo hice mil experimentos, ya comenzaron a salir revistas donde las válvulas de los aparatos de radio fueron sustituidas por transistores que de una manera un tanto fácil podías comprar en la ciudad. Estas revistas explicaban muy detalladamente como se podía construir pequeños aparatos desde amplificadores de sonido a pequeños trasmisores de radio, amén de sintonizadores con los que sintonizabas bandas de la policía o particulares. A mí me llamaba mucho la atención el saber hasta dónde se podía llegar con un pequeño montaje y pasé muchas horas, de muchas noches de invierno, pasando bastante frío, en la buhardilla improvisada de la casa, fabricando pequeños inventos con los medios que tenía a mi alcance donde la señal emitida no llegaba más de doscientos metros pero que para mí eran todo un logro y el ver que todo aquel maremágnum de señales de todo tipo generadas y mezcladas con aquellos chismes salían de la antena en cualquier dirección hasta perderse en el espacio porque una señas de radio no tiene límites, es como un fotón de luz, no tiene fin, lo que sucede es que a medida que nos alejamos del punto de origen su potencia disminuye drásticamente, similar sucede con una linterna que parece que alumbra mucho pero realmente no ves a más de cinco metros, sin embargo alguien que se encuentra a cuatrocientos metros puede ver que allí hay alguien con una linterna… creo que el ejemplo lo dice todo.

Tengo que decir (por si se me olvida luego) que cuando ponía aquello a funcionar los televisores del barrio tenían interferencias en la señal de recepción ya que el primer armónico del 27 Mhz corresponde con el 54 Mhz y muy cerca estaba la TV1, o sea, EL UNICO CANAL que prácticamente se veía en España ya que la TV2 o vulgarmente conocida como la “Guachefe” (UHF, Ultra Alta Frecuencia) no llegaba a casi ningún lugar de España por su orografía de valles y montañas (que vaya luces tuvo quien ideó poner esa frecuencia en este país) y correspondía con frecuencias de los 600 Mhz.

Ya unos años después se comercializaron muy fácilmente un modelo de emisora que era un Kit, (los componentes electrónicos ya estaban al alcance de la mano de casi cualquiera, tanto por dinero como por acceso a ellos). Kits electrónicos para montar que lo mismo lo podía hacer un técnico en electrónica que un labrador, albañil o fontanero porque venía muy bien explicado cómo había que hacerlo, pero claro, todo no podía ser bonito, algo tenía que tener en contra. Mi primer amplificador de Alta Fidelidad fue de este tipo, 15 Watios de potencia en cada canal… para hacernos una idea cualquier radio de coche hoy tiene 4 canales de 45 Watios.

La idea era cojonuda porque más que el hecho de montar aquello para tener una emisora era para conocer cómo funcionaba el sistema, a modo de aprendizaje, pues aquellos equipos se componían de varios grupos de placas, varios módulos independientes, por un lado estaba el generador de frecuencia que no era otra cosa que un oscilador que cambiando el cristal podía trabajar a una frecuencia o a otra similar, o sea que para cambiar de canal tenías que tener varios cristales, estos eran como una lenteja con dos patillas, luego tenías el amplificador de radiofrecuencia, que lo que hacía era multiplicar la señal que el generador le producía para enviarla a la antena, y entre uno y otro estaba el modulador y el amplificador del micrófono que se encargaban de “modular la amplitud de la señal” (no de la frecuencia) o sea que las ondas que emitía la antena eran en formato AM (Amplitud Modulada), años después llegaría la FM (Frecuencia Modulada) que eso ya sí que era otro cantar en cuestión de calidad… bueno y además de las partes mencionadas y por supuesto, se necesitaba un pequeño transformador con su material de rectificación de corriente. Y esta era la emisora que de una manera fácil podías construirte, luego te darías cuenta de que no serviría para nada porque, además de que necesitabas también un receptor, LEGALMENTE no podías emitir con ella porque necesitabas un permiso de Telecomunicaciones que nadie te iba a facilitar porque aquello realmente además de su frecuencia de los 27 generaba multitud de otras señales múltiplos de ellas que se llaman ARMÓNICOS, pero con menos potencia, o sea, que se llenaba el espacio de interferencias para cualquier cuestión, tanto para las señales de televisión como para comunicaciones serias como la policía y demás, o sea, algo que solamente era un juguete sin más jajajajja.

Una noche, haciendo experimentos de este tipo me habló alguien en ese canal exigiéndome que apagara mi cacharro porque le estaba dejando sin ver la televisión, le dije que estaba en plan didáctico aprendiendo cómo funcionaba esa materia y demás pero el tipo no le gustó mi comentario y se puso áspero “¡ni didáctico ni leches, apaga eso inmediatamente”! así que apagué el cacharro y yastá, jajjaj, era un vecino camionero que tenía emisora y cuando vio que su tv tiritaba encendió la emisora del camión y me mandó el mensaje… él no me conocía a mí ni yo a él tampoco… diez años después le compré su Opel Kadet, jajajja.

Con los experimentos anteriores no tenía tanto problema porque vivía con mis padres en un barrio bastante marginal y con pocos vecinos, además mis experimentos era ya a las tantas de la noche y la gente currante por aquellos años nos metíamos a la cama sobre las 23:00, entre otras cosas para “no gastar luz ni con la tv ni con el infernillo que había debajo de la mesa camilla” pero fue casarme y llegar esos problemas… jajjajaja

Pues fue ahí justo, al poco de casarme y de tener esta aventura radiofónica cuando en un viaje de vacaciones a Valencia descubrí una tienda donde vendían emisoras de cierto nivel a un precio bastante interesante, del orden de ¼ de sueldo, lo que hoy serían 250 euros así que “aquella cosita linda que de marca no recuerdo” se vino conmigo a Guadalajara; hablamos del año 1989 unos DIEZ AÑOS después que comenzara a estudiar y a descubrir las ondas.

Con la llegada de la emisora a casa surgió otro problema, bueno, realmente más de uno… para evitar que te descubrieran emitiendo y te multaran por no tener el permiso reglamentario para hacerlo y a modo de pruebas instalé una antena muy bien disimulada en la terraza y como un niño cuando le compras zapatos nuevos era el tener un ratito y ponerte allí delante del aparato aquel, igual que hoy delante del ordenador, es tener un momento y “¡yastá este con los cascos!” a ver qué pillo hoy, pero al estar ubicado lejos de la autovía por donde circulan muchos camiones con emisora y de la ciudad era más bien escasos los enlaces que podía hacer aunque para descubrir aquel mundo real de la radioafición podía ser suficiente.

Hay un proverbio que se puede aplicar a muchos campos que dice: “Gástate los dólares en antena y los centavos que te queden en emisora” y realmente es así y así fue, me costó más el cable y la antena que la emisora. Con una buena antena llegas a mucha más distancia que con una buena emisora y una antena pobre; así que ni corto ni perezoso me arranqué a ir a la tienda especializada a por una antena de SIETE metros de altura que para que sobresaliera por encima del tejado de la comunidad le tuve que poner un mástil de otros SIETE METROS, todo eso (una barbaridad) sujeto con unos vientos de nylon de 4mm de diámetro para que el viento no se la llevara ni la tumbara sobre los tejados, amén de hacer un seguro para la antena (por si le caía un rayo y nos mataba a media comunidad) tuve que pedir permiso en una reunión de vecinos de la comunidad para poder instalarla y “pegarme” con algunos de ellos que eran unos “listillos” y que a partir de entonces alguno me negó la palabra ya de por vida…. En fin, cosas que pasan, pero al final conseguí tener una buena antena y una emisora TAN POBRE y barata que aunque quise hacerlo no podía legalizarla porque esa marca no la tenían catalogada en Telecomunicaciones como aparato para esos fines así que ¿qué tuve que hacer? Pues se la quedó un amigo y con ese dinero me compré la “President Taylor” que era la emisora más sencilla que había para homologar, vamos a decir que de precio lo mismo y prestaciones y botonería muy parecida a la que ya tenía.

Yo lo primero que noté con el cambio es que a pesar de ser esta nueva de marca de prestigio y la otra totalmente desconocida la President recibía con menos sensibilidad, o sea, en cuestión de comunicación había perdido en parte.

Así pase un par de años, por las noches cuando los niños se iban a dormir yo me ponía allí a diseñar y fabricar mis circuitos impresos, mis montajes electrónicos, etc mientras conversaba con quien fuera, siempre hay gente que va por delante de ti y te aconseja… oye, ¿por qué a veces no llega mi onda hasta tu casa?.. respuesta: “pues lo mismo tienes ondas estacionarias en la antena y eso resta potencia” ¿qué son las ondas estacionarias? Y al día siguiente ya estabas fabricando un aparato que las atenuaba, oye… que cuando hablo la luz parpadea… “pues eso es que tienes que ponerle unos filtros a la fuente de alimentación y aumentar la potencia con otro transformador más gordo” y así una detrás de otra….

Con el tiempo te das cuenta de que como todo en la vida había “clases”, me refiero a que había gente que parecía estar hablándote en la habitación de al lado y otros sin embargo se les escuchaba mal, flojo, con ruido, etc.

Pues eso… es que le tienes que quitar ese micrófono y ponerle otro con CAG (Control Automático de Ganancia) y así no tienes que estar siempre pegado al micro cuando hablas… y en unos días ya te habías fabricado aquel cacharro con un puñado de componentes… eso sí, luego cuando te decía tu mujer desde la cocina: “¡¡¡a cenar”!!! todo el mundo se descojonaba, jajjajaja y si te tirabas un pedo igualmente lo escuchaban, jajjajaja.

Luego también me di cuenta de que “había emisoras” que cuando acababan de hablar, o sea, cuando soltaban el pulsador del micro se escuchaba un “pitt” señal de que daba paso al siguiente y la tuya NO hacía eso, bueno pues ya estabas montando un pequeño aparato que no era otra cosa que un oscilador para que hiciera esa función, y así una detrás de otra, siempre intentando mejorar lo que ya tenías, empleando tiempo, dinero y adquiriendo sabiduría porque saltar de modelo ya era para tener buena billetera al menos en mi caso…

También había otro “Dilema” o no sé cómo nombrarlo, legalmente solo se podía transmitir con una potencia de 4 Watios en antena y por modo FM para no fastidiar al canal VHF que era la TV1 y para ello venían “capadas” o sea, muchas funciones no estaban operativas así que una vez que las emisoras habían pasado por el centro de Telecomunicaciones para verificar que el aparato cumplía con la normativa inmediatamente pasaba por el taller y le ponían cuatro cables y a partir de ese momento ya podía transmitir también en modo AM y tenían activas el resto de funciones, que curiosamente era como FUNCIONABA TODO EL MUNDO algo que es contradictorio pero que era la realidad.

Sobre todo para los que éramos principiantes la broma que nos gastaban era: ¡¡pues enhorabuena chaval, bienvenido, ya somos más!! y al rato saltaba algún experto que te preguntaba sobre tu legalidad etc al momento te sugería que miraras por la ventana para ver si había alguna “furgoneta extraña” parada por allí porque según él eran los de Telecomunicaciones con sus medidores chequeando el espectro de las ondas para detectar emisoras piratas y eso te ponía de los nervios y hasta se te hacía un nudo en la garganta que dejabas instantáneamente de hablar hasta que alguno te animaba a seguir indicándote que era una broma jajaja, luego con el tiempo comprendías que eso de “los de Telecomunicaciones” solo pasaba cuando algún radioaficionado fastidiaba al sistema de tv de una comunidad y los vecinos los tenía en contra, llegando a denunciar el caso a Telecomunicaciones o bien por exceso de potencia o por no estar trabajando según el reglamento pero curiosamente el juicio lo ganaba siempre el radioaficionado porque cumplía con el reglamento sin embargo la instalación eléctrica de la tv no lo hacía porque utilizaba amplificadores MULTIBANDA en vez de utilizar el propio de cada canal de tv que era lo reglamentario… curiosamente conozco bien el caso porque durante tres años anduve ganándome la vida instalando circuitos de tv, parabólicas, porteros automáticos, alarmas y un sinfín más de instalaciones eléctricas que en mi empresa nadie quería saber nada de ello…

Y llegó el día en que como en tantas cosas en la vida te preguntas: ¿Por qué no voy yo a tener una emisora de esas que cuentan tan buenas, que tienes todas esas funciones que aunque no son realmente imprescindibles sí gusta de tener? Y das el paso hacia adelante y compras otro modelo ya “más mejor” y vendes el anterior porque ¿para qué quieres dos emisoras?

Estas emisoras ya tenían no los CUARENTA CANALES reglamentarios en AM y FM sino tenía otros tantos por arriba de los 27 Mhz y otros tantos por abajo que multiplicados por un botón con tres posiciones (Alto, Medio, Bajo) volvían a multiplicar los 40 canales primarios. Pero no quedaba ahí la cosa porque luego tenía otros DOS MODOS DE EMISIÓN MÁS que poco se parecían a la AM y a la FM, los USB Y LSB. Sobre todo se utilizaban para comunicación a larga distancia, hablamos de 5.000 km o más, sí ,sí, 5.000 km, como dije antes es curioso que con 4 Watios de potencia a veces no te escuchaban a 5 km de distancia porque las radiación del sol y demás le perturba mucho, y de otra manera se podían cubrir distancias enormes… La “gracia” estaba en que este tipo de emisión junto con la frecuencia un poco ya diferente de los 27 Mhz hacía que la sensibilidad aumentara enormemente. También además de esos 40 + 40 + 40 canales extras había otros canales intermedios que hacían de aquello algo imposible de chequear todo el espectro de frecuencias, a veces escuchabas el “Pitt” de una comunicación y no llegabas a entender el mensaje por el ruido de fondo. También se necesitaba cierta pericia para SINTONIZAR con precisión una comunicación porque la voz se distorsionaba si no estaba ajustada finamente (para ello tenía un botón exclusivo) y la voz sonaba como la del pato Donald hasta que ibas ajustando el tono hasta que se escuchaba normal, en fin, que era como buscar ovnis en la oscuridad de la noche, buscabas en la oscuridad escudriñando el espectro que realmente no servía para nada salvo para si cuando conseguías un enlace y te enviaba una carta con su dirección y tú a él la tuya tenías un recuerdo de aquel día que conectaste a tantosmil km de distancia con alguien llamado XZY.

Tenía esta emisora algún control bastante necesario que la President no tenía como el “Squel”, que anulaba el ruido de fondo, el tan molesto seseo de la contaminación radioeléctrica, hasta que alguien emitía y de repente aquello se ponía a hablar sin ruido alguno, era el modo “en espera”.

Por aquellos entonces ya existían los “mirones”, igual que hoy sucede en Facebook, gente que estaba siempre escuchando pero apenas si entraba en conversación, me refiero a que hay gente que apenas COMENTA una publicación tuya sin embargo luego descubres que las VE TODAS, y es que como me dijo: “es que si pongo el “me gusta” ya sabe todo el mundo que lo vi, de esa otra manera, si no pongo nada nadie lo sabe”… en fin… Lo malo de hoy en el Facebook es que se puede saber quién está y quien no estuvo, pero aquello era así.

Recuerdo una tarde cualquiera de un día normal cuando me pongo a indagar por esas bandas USB y LSB y escucho una comunicación en un castellano un tanto especial y me pongo a escuchar de qué hablaban, la recepción era muy buena, con escasa potencia pero muy limpia… después de unos minutos de escucha intento entrar en la conversación y uno de ellos me da paso diciendo algo así como: “¡adelante compañero, te habla “fulano de tal” desde la calle Canal Estreet de Florida, Estados Unidos” y yo me quedé mudo… al momento y al ver que no recibía mi entrada en la conversación volvió a repetir la invitación: “¡adelante compañero, te habla “fulano de tal” desde la calle Canal Estreet de Florida, Estados Unidos ¡adelante!” y yo seguí quedándome más mudo aún porque no me creía lo que estaba escuchando, así que así me quedé, creo que tieso y con la boca abierta, escuchando cómo hablaban aquellos paisanos que creo que uno estaba en Florida y otro en Califonia… pensé que con el tiempo y preguntando a la peña descifraría si eso podía ser posible o no, al parecer SÍ que puede ser posible…

Dicen de los pescadores y cazadores que son todos unos mentirosos, que cuando pescan o cazan UNO luego dicen que fueron VEINTIUNO y aquí creo que pasaba lo mismo, había gente que aseguraba haber hecho conexiones extremadamente difíciles (aunque no imposibles) porque este tipo de banda es muy peculiar, depende mucho de las condiciones meteorológicas, del Universo, radiación solar, y mil cosas más, cosas que cuando las tenías todas en contra era una catástrofe pero si te venían a favor era impresionante la cantidad de conversaciones que podían entrar. Había veces, y las sigue habiendo, que hay puntos donde la señal se transformaba, había como un barrido radioeléctrico, si circulabas con cierto ruido en la recepción de repente el ruido se perdía y aparecían conversaciones lejanas pero limpias; conozco un par de lugares a día de hoy que cuando circulo por esos puntos (lleve la emisora de radio que lleve) se pierde casi por completo la onda y se intentan colar otras emisoras en ese mismo punto del dial, luego, doscientos metros después, todo vuelve a la normalidad, uno de estos puntos está en la carretera 320 antes de llegar al rio Torote y el otro antes de llegar a Guadalajara desde Chiloeches.

Seis años después de comprar mi primera emisora (1995) cambiamos de casa así que tuve que desmontar aquella tremenda antena con aquel tremendo mástil  de aquel tejado y nunca más volví a encenderla, solo lo he venido haciendo de vez en cuando por aquello de que los aparatos que no se usan se estropean, pero también es verdad que aprovechando esas veces de mantenimiento aunque pajeé un rato por los canales no encontré actividad alguna por lo que me temo que como cada Español actualmente salimos a 1.2 teléfono móvil por barba para comunicarnos, ya no necesitamos de aparatos tamaño “ladrillo” (como se les llamaba) ni antenas de metro y medio ancladas en el coche, en fin que la City Band (Banda Ciudadana) al parecer murió o le queda poca vida, ha durado más o menos una sola generación pero “fue bonito mientras duró”.

Personalmente creo que es una frecuencia un tanto especial, tanto que en operaciones militares por lo visto se suele utilizar porque “como llega poco” no hay problema que te intercepten, tampoco necesita satélites (pues la cobertura mientras que haya visión directa y distancia apropiada es bastante segura), una vez un militar me aseguró que en el helicóptero que tenían de salvamento llevaban una de 27 MHz de 1000 watios de potencia, desde el aire bien seguro estoy que no habría problema en comunicar con 30 km de distancia con receptores estándar, quiero decir con esto que para casos de emergencias como incendios, accidentes importantes, carreras de competición de automoción por la montaña etc puede ser muy útil con un emisor desde el aire reportando todos los acontecimientos. En algunas películas americanas sobre el Vietnam se ve al soldado de comunicaciones con una mochila y una antena tamaño metro y medio enganchándose en las ramas de la maleza todo el rato, jajajja… corresponde con esta banda o próxima a ella.

Todo esto sobre la AM (Amplitud Modulada) en la banda de los 27 pero luego había otra banda para radioaficionados más pudientes y sibaritas que era más bien como un teléfono móvil de hoy, la frecuencia era de 144 Mhz (vulgarmente conocida como “DOS METROS”, por lo que el tamaño de las antenas se reducían drásticamente pasando de una longitud estándar de 11 metros para los 27 Mhz a poco más de 1 mt (no recuerdo exactamente porque nunca utilicé estos aparatos) para los 144, antenas que de utilizar un cuarto o un octavo de onda se traducía a un palmo.

La comunicación era en FM, todo más seguro, con más calidad, etc etc se basaba en REPETIDORES (como los teléfonos móviles de hoy) ¡vaya gracia! Y saltando de repetidor en repetidor pues por lo visto podías enlazar con todo el mundo. Los aparatos eran extremadamente pequeños comparados con las emisoras de 27, no eran mucho más que dos paquetes de tabaco, o sea, un walky talky, nunca le vi la gracia a ello.

Pero había algo en esa banda que a mí ni aunque hubiera sido barato no me atraía tanto como la CB 27 MHZ en AM porque me recordaba más al hablar por teléfono convencional que a ampararse en una tecnología que a veces había que cogérsela con papel de fumar, o sea, que era muy delicada pero que cuando se conseguía se podía hacer un enlace a cualquier parte del mundo con una potencia ridícula de 1 Watio utilizando el pitido del morse y el rebote de la onda en la estratosfera…

Algunos años después ya vi propaganda en ese campo del no va más, la electrónica dio paso a la informática y con ella a la sintetización de los canales, a la reducción de ruido digital y mil leches más de tal manera que con la misma emisora y antena que unos años antes no conseguías escuchar nada, ahora con la nueva tecnología podías hablar perfectamente, pero todo eso lo tengo pendiente para cuando no tenga otras cosas mejor que hacer y alguno de esos cacharros me caigan del cielo…. ¡Dios… cómo me gustaría probar alguno de ellos! ¡Acuérdate de mi! Claro que, para eso tendría que aprender al menos a saber lo básico porque esos aparatos tienen más botones que el salpicadero de un Boing 747.

No cabe duda de que la CB 27 Mhz ha servido de gran ayuda a la gente en casos especiales y como máquina multimedia o de entretenimiento para la mayoría pero como todos los inventos también se puede utilizar para 2el mal”, allá por el 1983 estando en la mili me costaba un compañero de la zona de Galicia que gracias a esas emisoras se podían reír de la policía y guardia civil porque se comunicaban con las embarcaciones que traían material ilegal de una manera fácil y segura… en fin, lo de siempre, la cruz y la raya, el bien y el mal, el yin y el yang…

CONTINUARÁ…