Esta entrada gustará especialmente a los amantes del bricolage (manitas) a quienes nos gusta fabricar nuestras propias herramientas, accesorios y chismes que nos facilitan la vida, también para los curiosos; en este caso la fabricación de una NAVAJA.
Explicaré con detalle todo el proceso del diseño y construcción, estoy seguro que os aportará ideas nuevas ya que hablaré con detalle de técnicas, materiales, etc.
Siempre quise tener una «buena navaja«, lo fácil hubiera sido ir a la tienda y ya está pero yo quería ir un poco más allá, quería tener una navaja única, personalizada, principalmente dura y de las que no hay que andar afilando constantemente, de las que sirven lo mismo para partir un melón que para cortar un palo o para sacarse una espina de un dedo y a ser posible autoconstruída, el caso es que parece que lo conseguí.
La navaja que buscaba debería ser sobre todo útil, más o menos grande pero sin pasarse, con sistema de seguridad contra el cierre accidental, con una línea de corte apropiada y por supuesto que también pinche con facilidad un globo (por poner ejemplo), siempre he dicho que si una navaja no corta o no pincha ¿para qué sirve?…
Siempre recordaré el día en que estuve a punto de perder mi primera navaja, tendría unos ocho años, era una navajita de esas de unos cinco centímetros (cerrada) con la que fabricaba con maderas y palos mis juguetes, arcos, rifles, tirachinas, etc con la que tantas veces me había cortado en la yema de los dedos.
Estábamos mi padre y yo por las dehesas de la Bartola (en Alcorlo) no recuerdo lo que andaba haciendo con la navaja el caso es que se me coló por una grieta que tenía un roca enorme donde no cabía ni la mano ni un palo para sacarla, después de llevar un rato intentando sacarla sin fortuna me puse a llorar «como un niño», no me resignaba a pensar que mi mejor «herramienta» la acababa de perder ¿cómo iba a seguir fabricándo mis juguetes si en casa no había otra igual y en la única tienda del pueblo tampoco? el caso es que mi padre al verme llorar empleó un poco de su tiempo y no recuerdo cómo pero me recuperó la navaja…
Desde aquellas fechas hasta hoy casi siempre he llevado encima algo semejante a aquella navajita, muchas veces resulta muy útil o imprescindible eso sí, siempre que corte o pinche.
Navajas o cuchillos de los que tienen grabado el famoso Stainless steel (acero inoxidable) de los que se les dobla el corte en cuanto intentan penetrar en un palo seco, a veces no se doblan y es porque tienen el filo demasiado grueso, he visto algunas que no sabes por qué lado de la hoja es la que tiene el filo.
LA HISTORIA DE ESTA NAVAJA comenzó un tarde en un paseo por el campo con la bici, al pasar por una escombrera _de esas que algunos sinvergüenzas sin escrúpulo improvisan en cualquier camino_ un brillo me hizo parar pues vi que se trataba de un disco de corte de material cerámico y sé que ese tipo de discos tienen un «acero» muy especial para el corte; anteriormente ya había fabricado otra navaja con un tipo de disco similar pero este era mucho más duro por lo tanto mucho mejor. Mucho más duro no significa forzosamente que sea mejor ya que en cualquier momento se puede partir y dejarte con un palmo de narices.
Comienza la cuestión técnica:
EL DISEÑO DE LA HOJA.. Las navajas pueden ser desde muy puntiagudas hasta con la punta cortada a noventa grados, depende el fin para la cual se fabricó, yo quería una navaja multiusos por lo que tendría que al menos cortar y/o pinchar.
La línea de corte que le he dado no es un capricho mío, con la experiencia he observado que esa línea de corte no debe ser recta, ya que en la mayoría de los cortes el objeto tiende a deslizarse hacia la punta rápidamente y hay que hacer más fuerza de la adecuada para cortar por ejemplo un palo, con el consiguiente peligro, sin embargo si se hace esa curvatura se consigue que «no se escape» tan fácilmente.
LA PUNTA Y LA PARTE SUPERIOR: Si queremos que pinche no queda muchas alternativas ya que la parte inferior ya está decidida por lo que comenté anteriormente, decidir desde qué punto comienza la punta ya es personal… puede ser una línea recta o curva hacia el centro para agudizar la punta.
El «OJO DE LA HOJA»: Este es el principal obstáculo. Fabricar un cuchillo no entraña mucha dificultad, las cachas se pueden acoplar pegadas si no conseguimos taladrar el material para sujetarlas con unos pasadores remachados en ambas caras, es la opción más duradera, pero el taladrar ese tipo de materiales normalmente resulta imposible con las herramientas que tenemos en casa, ni la broca más dura consigue hacer el más mínimo arañazo en ese tipo de metales.
El primer tropiezo que nos encontramos «los manitas bricolageros» en la fabricación de una NAVAJA es el taladro en la hoja donde basculará para ocultarse entre las cachas. Lógico, si buscamos un acero duro para que aguante el filo nos encontramos que no tenemos herramienta para perforarlo entonces surge la pregunta ¿cómo podemos hacer un taladro a una hoja de acero durísimo? solventado este problema el resto es pan comido.
En la navaja que fabriqué anteriormente el orificio lo hice con una radial y un disco de 1mm, luego con un trocito de metal y unas soldaduras cerré el orificio, más o menos según el dibujo, el problema es que con la soldadura eléctrica se destempla el acero y aunque solo es un tercio de la circunferencia se precisa de bastante pericia para que salga bien…
Esta vez pensé en otra técnica, pensé en hacerlo con la soldadura eléctrica por arco voltaico. Si ponemos el grupo de soldar con suficiente potencia como para perforar una chapa de 2mm en cuestión de cuatro o cinco segundos, si tenemos un poco de práctica y si a la vez nos acompaña la suerte pues en el primer intento lo habremos conseguido como fue mi caso pero si no se dan esas dos condiciones puede que acabemos con el material previsto para fabricar la navaja en el cubo de la chatarra.
Del primer intento quedó casi perfecto pero había que pulirlo para que girase bien sino en pocas aberturas/cierres se comería el material del pasador y tendría juego una vez abierta y no hay nada que me chinche más que una navaja _no me importa el tamaño_ que la hoja esté medio suelta.
Para solucionar este problema utilicé una piedra esmeril acoplada a la «dremel» con un poco de paciencia conseguí un diámetro de 5.5 mm casi perfecto, suficiente para darle la fuerza y ajuste necesarios ya que es uno de los puntos más importantes del diseño.
El siguiente paso fue los laterales por donde se sujeta, o sea, » las cachas», no tenía mucha elección en cuanto a medidas porque materiales tengo «los que tengo» así que me incliné por una chapa de acero inoxidable de 2mm de espesor, quizás un poco más gruesa de lo necesario, no hace falta «tanto hierro» para sujetar una hoja así que le hice unos taladros para aligerar peso.
EL SEGURO Y SU MUELLE: Parte importante del diseño; los rebajes en la hoja en el punto exacto donde cerrará o donde abrirá, (foto anterior) también el material elegido para el muelle ya que si es demasiado rígido se puede partir en cualquier momento y tocaría desmontar toda la navaja. Una caja fue necesaria hacer para ubicar al muelle ya que con solo 2 mm de grosor no era suficientemente fuerte como para asegurar un bloqueo seguro.
El punto elegido para que bascule el seguro también tiene su importancia, si se pone demasiado adelantado hacia la hoja hay que pulsar con mucha longitud para liberarlo por lo que la parte trasera de la navaja se vería muy afectada, debilitada y de mal aspecto si por el contrario se pone muy atrás con poco movimiento se liberaría el seguro pero habría que hacer demasiada fuerza para desplazarlo.
El MUELLE lo fabriqué de unas láminas de acero, unidas y soldadas en un extremo mediante soldadura por arco voltaico, aproveché aportando un poco de material para hacer un par de tetones para sujetarlo y a la vez como punto de giro, luego un pasador en el lugar apropiado para darle la fuerza necesaria. Estas láminas de acero son de los cepillos de las maquinas que limpian el suelo de las calles, se parten y con frecuencia los ves «sembrados» por las calles, tienen la particularidad de que son muy elásticos, planos y difíciles de partirse, son similares a las láminas metálicas que llevan los automóviles en los limpiaparabrisas.
Todo este diseño del muelle me llevó gran rato ya que al tratarse de una hoja bastante ancha apenas queda espacio en el interior de la caja para albergar la hoja, el muelle y el trinquete del seguro, hay que trabajar con milímetros o menos.
En la navaja anterior que hablaba antes no le puse seguro en el cierre pero esta vez opté por esta versión, aunque lo normal no es encontrarte la navaja abierta en la bolsa pero por si acaso se abrió y metes la mano en la bolsa en busca de algo te puedes cortar o pinchar, nunca está de más la seguridad.
LAS CACHAS: Es sin duda el punto de una navaja que más llama la atención, sobre todo cuando aparece en la mano desde el bolsillo. Tenía varias opciones diferentes aunque tenía claro que debería ser de madera ya que los plásticos o la madera barnizada producen una sensación resbaladiza en la mano que no me gusta nada mientras que la madera sin protección produce todo lo contrario ya que el sudor hace que la madera sea más porosa y a la vez tenga otro tacto y mejor agarre…
La madera podía ser de Cerezo, madera ésta muy bonita con vetas rojas aunque dependiendo el trozo elegido puede ser más vistosas o menos, de Olivo, madera muy apreciada por su dureza para mangos de herramientas como martillos pero que al ser una madera de veteado muy simple descarté también después de tener las planchas preparadas, también preparé otras de Almendro pero cuando no me aparecía una veta oscura me aparecieron unos nudos el caso es que también la deseché.
Finalmente y después de pasarme varias horas rompiendo trozos de madera de Cerezo, Olivo, y Almendro no parecía encontrar nada que cumpliera con mis expectativas, quería una madera principalmente dura y bonita, ¡una navaja no se fabrica todos los días, ni siquiera todos los años!, así que quería esmerarme en el aspecto de las cachas.
En el modelo anterior utilicé carrasca, sí, esos leños que se encuentran fácilmente en las gasolineras para hacer barbacoas o para la estufa.
La madera de la carrasca se caracteriza por una multitud de «hilos» o microvetas alargadas con un tono muy diferente salpicadas entre la madera, tengo algún cuchillo con esa madera y resulta «pintona».
Una vez desechado el resto de maderas me puse con un tronco de carrasca. Lo corté por la mitad y ni rastro de las microvetas… Lo intenté con otro tronco mucho más gordo y viejo, de un hachazo lo partí por la mitad pero tampoco había rastro de las betas que yo buscaba, ya con la obsesión se saber cosas de la madera comencé a cortar con la sierra de mano trozos y más trozos en diferentes sentidos hasta que di con la beta adecuada o que mas me gustaba, cuatro o cinco horas me pasé cortando palos…, mucho más que en fabricar algunas partes de la navaja, como el muelle. En la fotografía se ve parte del taco de madera.
EL TOQUE FINAL: Si al principio hablaba de una «navaja personalizada» ¡qué mejor que grabar mi logo en ella! Una línea a lápiz lo primero, luego con la dremel y una punta autofabricada a modo de fresa siguiendo la línea produciendo un surco de medio milímetro para rematar con la punta de un soldador de 40 Watios adaptada a ese surco, mucha paciencia, pulso firme y ganas de hacer las cosas bien, este es el resultado.En este modelo he optado por una versión más precisa y duradera aunque de cualquier manera este tipo de herramientas dura varia generaciones sin inmutarse, excepto la hoja y el muelle el resto es acero inoxidable, una vez casi acabada la parte metálica le he aplicado varios puntos de soldadura para evitar dilataciones o vibraciones provocadas por las caídas accidentadas contra el suelo (por ejemplo).
El pasador del «ojo» es la parte trasera de la misma broca con la que taladré las dos piezas que componen el mango, para darle más resistencia hay que rebajar un poco la parte indicada para que la «cabeza» que queda al remacharlo quede más fuerte y también para que no sobresalga mucho pues la lámina de madera que formará las cachas no tienen mucho espesor.
La sensación al abrirla (previa liberación del seguro) es muy agradable ya que no tiene juego y es suave hasta escuchar un click donde el seguro entra en acción. En las pruebas de resistencia ha demostrado tener dureza como para sacar virutas de una chapa de hierro dulce, producir arañazos con cierta profundidad en chapas de acero inoxidable y todo ello sin afectarle en gran medida al filo o la punta, el filo del corte a permanecido aceptable después de varias pruebas de resistencia cortando materiales diversos desde plásticos a maderas muy duras por lo que puede considerarse como una buena herramienta, utensilio o incluso arma.
No quería acabar esta entrada sin hablar de lo que todo el mundo está pensando ¡es un arma prohibida! ¡pues claro!, un arma también puede ser un martillo, una alcotana, o incluso un destornillador, cualquiera de estas herramientas es capaz de MATAR pero no por ello deben estar prohibidas, en la conciencia de cada uno está el uso que se haga con ellas.
Un paseo por la web sobre el uso y tenencia de este tipo de «ARMAS» me ha llevado a esta conclusión:
Cualquier navaja o cuchillo que se porte por la calle especialmente el que supere los 11 cm de hoja que marca la ley puede ser motivo de requisamiento, multa o detención del propietario. Un ejemplo: No tiene sentido ir a una manifestación del tipo que sea y llevar un cuchillo/navaja de veinte centímetros, ¡ni de veinte ni de DIEZ!, pues no tiene ningún sentido salvo la premeditación de hacer daño. Ese mismo cuchillo/navaja en el campo tiene otro fin bien distinto aunque todo puede pasar si un agente de la autoridad interpreta que se puede hacer mal uso de él o no encuentra motivo alguno para portarlo en ese momento/lugar.
Aunque esta navaja tiene de hoja 9,8 cm y no llega a los 11 de la ley no me quiero arriesgar a perder mi «trabajo» por un contratiempo de ese tipo por lo que quedará colgada en la vitrina del mueble del salón a modo de trofeo (salvo en contadas ocasiones).
Aquí os dejo unos enlaces al reglamenteo de Armas Blancas muy interesantes. http://www.guardiacivil.es/es/servicios/armasyexplosivo/controldearmas/clasifica_armas/armas_prohibidas/index.html
Aquí otro http://www.tuslances.com/phorum5/read.php?12,179972
A modo de resumen me ha parecido interesante estos párrafos del citado reglamento.
«En lo referente al uso armas blancas, el artículo 146 del R.A., en la parte que afecta, dispone que: «queda prohibido portar, exhibir y usar fuera del domicilio, del lugar de trabajo, o de las correspondientes actividades deportivas de armas blancas, especialmente aquellas que tengan hoja puntiaguda, así como en general las armas de la categoría 5ª, 6ª Y 7ª. Queda al prudente criterio de las autoridades y sus agentes apreciar si el portador de las armas tiene o no necesidad de llevarlas consigo, según la ocasión, momento o circunstancias, en especial si se trata de armas amparadas en licencias B, por razones de seguridad.»
También dice: «Lo único que podría llevar a la montaña, para no tener ningún problema, es una pequeña navaja o cubierto para uso de complemento de comida». Habría que saber si 9,8 cm de hoja de mi navaja se considera pequeña o no o si un «tenedor grande y bien afilado» puede considerarse «ARMA».
Aquí una foto de mi colección «ARMAS BLANCAS».
Comenzando por la izquierda:
- Funda y chuchillo de 1978, yo tenía 16 años y empleaba buen tiempo en la pesca, de un cuchillo ruinoso y sin cachas me fabriqué «aquello» para buscar gusanos en el río y para cualquier otro menester que pudiera necesitar. Ahora sigue igual de «ruinoso» como si no hubiera pasado el tiempo por él.
- En aquella misma fecha le puse un trozo de madera de un taco de un palet (madera roja y dura de las que ya no se ven) a un cuchillo sin mango que encontré en algún lugar, se convirtió en el cuchillo más apreciado en la cocina de casa, originalmente tenía hoja ancha pero a lo largo de más de 30 años y un uso inadecuado en el afilado se ha quedado así. Ya no trabajará más…
- Navaja recuerdo de Alcorlo, posiblemente fabricada allí, iniciales de J, herencia de mis padres, cachas de cuerno de cabra.
- La que siempre me acompaña desde 2007 que la encontré en el fondo del mar y recompuse sus cachas, como la hoja era de acero inoxidable le fabriqué otra de acero rápido especial para el corte.
- Año 2000, «el asesino«, en una acampada de Semana Santa que no dejaba de llover y pasamos parte de ella en la tienda, empleé un rato en afilarlo bien, mi hijo David unas horas después se cortó con él en un dedo y tuvimos que salir pitando a Urgencias, gracias que no le pilló el tendón del dedo… por los pelos… queda la cicatriz de recuerdo. Madera de encina, se aprecian bien las vetas.
- 2002, alguien me comentó que el material de una hoz era muy apreciado para fabricar cuchillos pues tenía un material apropiado para el corte, aproveché la parte delantera de una hoz vieja para hacerlo, las cachas van sujetas con tres remaches de cobre. Madera de encina.
- 2007, me volvió a dar la neura de fabricar un cuchillo pequeñito y me salió eso, le puse madera de Sabina, tiene de peculiar que una vez que lo manoseas te huele la mano a resina o a pino, olor muy agradable.
- Del mismo trozo de metal fabriqué su «hermano mayor», pero con madera de encina también. Nunca ha llegado a trabajar.
- 2011, Mi penúltima navaja, un buen diseño y una muy buena construcción, mi compañera de campo durante varios años.
- Y al final la protagonista de esta historia con su funda.
El tiempo empleado en su fabricación me ha merecido la pena, de todos ellos tengo buenos recuerdos y me trasmiten buenas sensaciones excepto el «asesino», espero que con el tiempo alguno de mis niet@s los hereden y los disfruten más que como utensilios como recuerdo.
Espero que te sirva de ayuda todo lo que aquí expuse o al menos te haya entretenido, si crees que a alguien le pueda interesar no dudes en compartir.
Muchas gracias por llegar hasta aquí. alcorlopantano.com