Cuando se confabulan los Dioses para que algo suceda ni tu propio Dios te podrá ayudar, se confabularon y lo intentaron una y otra vez y no pararon hasta que lo consiguieron. Un pinchazo primero en un ojo y una espiga misteriosa unos días después clavada en el mismo ojo acompañado por una racha de contratiempos y/o malas gestiones acabaron produciendo la pérdida total tanto de la visión como del mismo.
Este es uno de los capítulos más difíciles, duros, tristes y dramáticos de los que he escrito pero a la vez tan real como la vida misma por lo tanto le puede suceder a cualquiera, a «cualquiera» que tenga un animal de compañía no un simple perro como mascota…
Por su dureza para mí quizás nunca vuelva a leerlo pero como decía mi padre «lo que se escribe se lee», la mayor parte de estas líneas ya estaban escritas a día de hoy pero aprovechando que por ahora hace un año me veo casi en la obligación de que sea este el siguiente capítulo de «Todo sobre mi Perro». No me resulta cómodo ni agradable el escribir este artículo sino todo lo contrario, un río de lágrimas me ha acompañado todo el tiempo pero prometí escribir un libro sobre él y este es otro capítulo que formará parte de ese libro, de su recuerdo en nuestra familia y lo hago ahora que estoy en el mismo lugar donde le ayudamos a descansar para siempre y han revivido de nuevo un sinfín de recuerdos, sentimientos y emociones.
Casi todo comenzó de la manera más tonta y absurda en un paseo rutinario Continuar leyendo «Capítulo 016, El misterio de la espiga y viernes negro»