Ayer pasé el día por el pantano de Alcorlo, se acerca la fiesta anual y hay obligaciones que cumplir. Poco nuevo que fotografiar, a veces parece que ya tomé la última foto en ese lugar por eso ni me molesté en buscar nada nuevo sin embargo como «el veneno está en la sangre» después de la siesta comencé a buscar mi foto de hoy.
Esta vez he confiado el trabajo a la humilde Canon 350 D que muchos se habrán quitado ya de encima medio regalándola, es esta una máquina muy muy vieja teniendo en cuenta a la velocidad que se renueva la informática pero que he descubierto en ella un nivel de detalle muy alto y un nivel de ruido muy contenido, en el detalle me recuerda a la Nikon D40 que si bien es cierto que puede mostrar algo de moiree se ve compensado por su nitidez.
Volviendo a la 350D diré que su principal impedimento es su ridícula pantalla en cuanto a tamaño y resolución por eso y teniendo en cuenta de que el viento era terrible para practicar el macro tomé más de 50 fotos con diferentes encuadres a este mostruo, no es la primera vez que descubro que el viento casi nunca es constante y después de una racha viene una parada y es cuando hay que aprovechar, solo hay que tener tiempo y paciencia.
Como decía arriba comencé a buscar algo nuevo, nuevo me refiero a macro, con la nariz cerca del suelo cual mastín escrutaba cada pétalo de flor, cardo, el suelo, etc la experiencia de este 365 en este aspecto me ha demostrado que hay mucha foto «tirada por el suelo» pero hay que molestarse en buscarla.
De repente vi que se paró un insecto muy cerca en una flor seca y lentamente me fui aproximando, (a esta hora, sobre las 18:00, estos animalitos están muy listos) cuando noté que algo se me enganchaba en el vello del brazo miré de reojo y vi que era una tela de araña enorme pero con grandes agujeros, uno de sus hilos brillaba por la luz del sol y lo recorrí con la mirada hasta que descubrí la enorme araña que hay en la foto, estaba a menos de 40 cm de mi cara, no es que me den miedo estos bichos pero al verla tan cerca reconozco que me impresionó.
Inmediatamente me olvidé del insecto volador y la araña se convirtió en el objetivo principal. Al retroceder el brazo y despegarse de él la enorme tela esta comenzó a zarandearse y la araña comenzó su carrera hacia un lugar seguro, se refugió que se camufló en esta planta seca.
El sol lo tenía casi de frente, por lo que la convierte en un contraluz, el cuerpo del animal apenas se le veían los colores así que busqué un trozo de papel de aluminio (el del bocadillo) en la mochila y me sirvió de reflector, ¡ahora sí que se había puesto bonita la araña! y continué con la sesión, en la pantalla ni me molesté en mirar porque es absurdo.
Después de las primeras fotos y tras el temor de que se escapara salí pitando hacia la furgoneta para recoger una cartulina, como no tenía mucho donde elegir puse una negra para que resaltara las zonas muy iluminadas de la planta.
Y esta es la historia de esta fotografía, no recuerdo haber visto nunca una araña de esta especie en este tamaño, alguna foto tengo del mismo lugar pero de cuerpos más pequeños que una lenteja.
Y sobre el objetivo como siempre en estos casos Canon 60 mm 2.8 y cada día que pasa voy sumando las satisfacciones que me da, creo que hace poco también escribí la misma opinión sobre el conjunto.
Muchas gracias por vuestro APOYO y comentarios. alcorlopantano.com
Buen macro, el fondo negro le da la vida, sin él se hubiese «perdido» la araña en el fondo. Saludos!