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DSC_7273 cámaras video ok flickrResumen de mis aventuras con las cámaras de vídeo (20 años), larga pero interesante historia.
Hace unos meses (Agosto) la foto del día fue un bodegón mostrando mi “arsenal” de aparatos para fotografía hoy le ha tocado al vídeo. Ambas disciplinas van de la mano si bien es cierto que a la vez son diferentes, un ejemplo: por muy bonita que sea una fotografía a una persona en la calle no sabremos si era coja o cómo andaba cosa que en el vídeo sería evidente; hay cosas que la fotografía nunca nos podrá mostrar igual que el vídeo, en fotografía solo la imaginación nos lo hará ver «de aquella manera» mientras que en el vídeo veremos todos los movimientos y sonidos; hasta tal extremo engancha el vídeo que pocos fotógrafos, sobre todo aficionados, se resisten a caer en sus redes y acaban haciendo sus pinitos con él.
Un poco de historia. La noche de Nochebuena de 1993 a mi madre le dio un infarto que se la llevó al “otro mundo”, yo por aquellos entonces solo llevaba un par de años haciendo fotografía, fotografía familiar porque no me daba ni la cabeza ni el bolsillo para otra cosa, muy poco tiempo después de la muerte de mi madre descubrí que no tenía ni “una puta fotografía” de ella con mi hija que en aquel momento tenía un año, en todo un año nunca se me ocurrió hacerlas una foto juntas (este es uno de mis demonios), por aquellos entonces hacía diapositivas, rápidamente comprendí que eso no debería de volver a pasar y en muy pocos meses invertí DOS sueldos completos en mi primera cámara de vídeo, lo que hoy podía suponer 3.000 euritos.
Claro que había cámaras más baratitas y también más caras pero elegí una que daba una calidad de imagen muy superior a la que venía por la antena de la tv y qué decir tiene, muchísimo más que la “mierda” de los vídeos VHS; era poner la cinta original en la cámara Hitachi y verla en la  Sony Trinitron de 21 pulgadas y se nos caía la baba a todos, más o menos lo que pasa hoy con las cámaras HD y televisores modernos.
Más de una década me pasé con la Hitachi, sistema Hi-8mm, sin el más mínimo problema hasta que la tecnología venía “apretando” y pensé en que le había llegado el momento de descansar..
A finales de siglo pensé que había llegado el momento de dar otro salto porque los ordenadores ya llevaban varios años “andando por nuestras casas” y un día descubrí en casa de un amigo lo que se podía hacer con nuestras imágenes en un Pc, en pocas palabras: me enamoré.
Tuve que esperar dos años porque ni los precios ni la tecnología estaban al alcance de mi bolsillo hasta que un día me dio un ataque “consumista” y encargué una cámara en una tienda de barrio, primer error…..
Justo la recibí unas horas antes de que montaría por primera vez en avión, destino Inglaterra, viaje de empresa, un par de días, en el camino fui leyendo las instrucciones, ni a cargar la batería me dio tiempo.
La primera sensación es la que cuenta; es un dicho pero a veces ¡cuanta razón tiene!.
Grabando cintas durante una década ya tenía los “cataplines pelaos” de ver imágenes en la tv y en un monitor de PC y no me gustaba nada como la Sony TRV 25  trabajaba las imágenes, claro que sí, mostraba algo más de definición y pérdida de la naturalidad del color, esto es lo que traía «escondida» la nueva tecnología, más o menos la historia se repite, me explico, estoy viendo recientemente televisores LCD de 40 pulgadas donde se ve la televisión con muchísima menos calidad que los vídeos VHS, qué vergüenza ¡como nos la meten!, bueno a mí todavía no porque ando con aquellos Sony Trinitron de 29 pulgadas porque si no tienes recepción HD o una fuente como una cámara HD o Blu-Ray no tiene sentido el cambio.
Tres semanas después de estar con esa «penitencia» que la cámara “traía acompañada” me presenté pocos días después en la tienda donde la compré para cambiarla pero ¡claro, eso no es el corte inglés! No me la podían cambiar y entre otras cosas porque la superior ya rondaba los 2.000 euros del año 2005 y eso ya me suponía mucho más de DOS sueldos, palabras mayores para “un currito como yo”.
Por más vueltas que le daba no encontraba la solución, reducir el ruido en el programa de edición era muy costoso y a veces contraproducente, no estamos hablando de una imagen sino 25 por segundo, Windows no hacía más de 2 GB de tamaño de archivo y bla bla bla todo eran problemas hasta que llegó un día en que un amigo se compró una cámara miniDV Panasonic la mitad de barata que la mía y lo cojonudo es que mostraba imágenes mucho más limpias y con más detalle así que no pude por menos que hacer unos archivos de muestra y bajarme a Madrid a la central de Sony.
Mas de media hora esperando en recepción mientras me tocaba el turno, el local me parecía de otro mundo, todo gris, amplio, impoluto,  pura ciencia ficción, aquello tenía que tener «su precio», de vez en cuando atendían a alguien eso sí, sin prisas, lo poco que vi no me gustó nada, cuando me llegó el turno le expliqué al señor mi problema con la cámara he hicimos unas pruebas con otra cámara del expositor, de las mismas prestaciones pero otro modelo, en las dos cámaras lo veíamos igual, al final se la metió para dentro (al taller) y un técnico la estuvo chequeando, bueno, lo que se puede chequear _ que no has tocado por los menús y la tienes “tonta” _ en resumidas cuentas que como le dije al señor ¡que es una mierda! ¿no?, la solución: déjela un tiempo en el taller que la analicen a fondo, pero ¡si ya habíamos visto los resultados con su hermana! ¿qué esperas que diga tu compañero quince días después? bueno esto no se lo dije, solo lo pensé.
Salí tan cabreado de allí que juré que no compraría de Sony ni un puto reloj de pulsera y que mi cámara jamás volvería a Sony..
La maldición me duró poco, una semana después descubrí que en la lente interna tenía una partícula importante de plástico con grasa blanca de esa que se pone en los piñones de plástico,  y por ser “fiel a mi juramento” desmonté la parte de la óptica para limpiarla.
No tuve grandes problemas para solucionar este contratiempo hasta que le acoplé el gran angular y/o el tele, ahí si que de verdad supe que estos aparatos “no se pueden tocar·. Resultó que físicamente le había cambiado las medidas y como no pude parametrizarla lo tuve que hacer a ojo, con la cámara en un trípode, parte de ella desmontada y colgando y con un útil que era un destornillador soldado en una varilla larga enfocando al infinito ajustar los tres tornillos que tiene la lente exterior, bueno después de varias horas todo quedó ok y por esa parte jamás tuve el más mínimo problema, cierto es que la cámara ha grabado más de noventa cintas y no se ha “quejado nunca de su trabajo”, me quito el sombrero ante Sony por la calidad de los materiales. Cualquier día le mando un correo a Sony felicitándoles por el producto.
Juré  _decía_ no comprar nada de Sony y en pocos meses ya había desembolsado 599 euros en mi primer monitor LCD de 17 pulgadas, tecnología puntera en ese momento en esos aparatos, una serie muy especial y de lo mejorcito que había en el mercado, ¡halá! Agustín, ¡jódete!, parece que Sony ganó, mi maldición no me sirvió.
Volviendo al tema de las cámaras: todo el mundo que veía mis vídeos decía que se veían “de puta madre” yo solo veía el “ruido del mosquito” en cada fotograma.
Un día descubrí cual era el motivo,  un compañero tenía el modelo anterior de cámara y me lo dejó para compararlas, entonces comprendí porqué se veía mejor una cámara Sony con un sensor de 800K que la siguiente de 1080K pues fácil porque el píxel muestra más ruido porque es más pequeño en la de 1080K o sea, la mía, el tiempo ha pasado y se siguen cometiendo los mismos errores que hace una década, y la culpa la tenemos nosotros mismos, los que compramos, ¡nos ciegan los megapixeles! ¡cuantos más mejor! Y eso es lo que vende ¡qué error!.
Cierto es que aguanté lo máximo que pude con ella hasta que un día en el Media Mark vi una pequeña maravilla que estaba justo al lado de una semiprofesional conectadas a  ambos monitores encendidos, allí empleé más de una hora comparando a mi antojo como se comportaban máquinas tan diferentes con las luces y las sombras, resolución  y ruido y al final me fui de allí con una nota en mi cartera que decía: mi próxima cámara será una Canon 25i.
Muy poco tiempo después conocí a un aficionado a los toros y me pidió ayuda para comprarse una buena cámara compacta para grabar encierros y cosas así, después de indagar por Internet le aconsejé  la  Canon 25 i pero con una óptica mejor o sea unos 1200 euros, era la Canon MVX 3i, sin ninguna duda era lo mejor que había en el mercado en este segmento y por ese precio.
Un año después intenté comprar  una igual de segunda mano pero llegué tarde por los pelos así que como de este tipo no encontré en mucho tiempo me hice con una Canon 25i de segunda mano a menos de la mitad de precio (400)
Maravilla maravillosa, zoom óptico de 20 x como ya no hay, compacta, carga de la cinta por abajo, visor a 90 grados, bla, bla, bla, con algunos defectillos de diseño pero muy práctica, buenos colores, poco ruido y resolución más que aceptable para crear DVDs.
Creo que estuve un par de años con ella porque mi vecino Martín a quien muchos conocéis ya tenía una cámara de vídeo de esas que eran muy prácticas porque hacían ya los dvd ellas mismas (dvds mierderos pero dvds), pero cuando comenzó a transitar por mi casa y ver la diferencia de calidad bien pronto me pidió “auxilio” ¿qué cámara me compro? Porque su última experiencia la tuvo que devolver a su lugar de origen (El Corte Inglés) antes de los 15 días.  Horas y horas por Internet mirando tamaños de sensor, muestras de vídeo, formato de grabación, etc, etc, y al final le aconsejé la Canon HDV 30.
Otra que aparece en la imagen es la Canon nv-MX300 , fue un regalo de un amigo por digitalizarle una treintena de cintas de ella pues la pobrecita tenía un problema electrónico y en la casa le dijeron que costaba màs “el collar que el perro”.
La camarita MX300 merecía la pena, tres CCD, controles manuales y toda ella muy práctica, como se suele decir: unos años antes yo hubiera “matado” por tener una como ella, ahora caía en mis manos cuando ya era un poco tarde.
La desarmé la parte de la electrónica porque no grababa el sonido y voilá, en una ocasión se activó así que culpé a un conector y cuando lo tenía todo controlado lo pegué, aquello comenzó a funcionar como nunca, ¡eso sí que era una máquina bien diseñada para hacer vídeo por la calle!. El visor extensible, controles manuales, CEBRA, etc, etc etc, pero lo bueno me duró muy poco, comenzó a que cuando llevaba un ratito funcionando se bloqueaba y había que esperar un buen rato. La solución fue instalarle un microventilador en un  orificio que tiene detrás de la puerta de la pantalla, justo ahí donde dice en inglés «After long operation this surface can et warm“  después de un rato de funcionamiento esta parte puede quemar”, pues eso, que con el pequeño ventilador acoplado a la misma batería se le solucionó el problema pero como decía antes llegó demasiado tarde y se quedó en la vitrina, ¡una lástima! Porque no sería el primer documental o corto que se grabara con ese modelo de cámara.
Las primeras pruebas de la Canon HDV 30 comparándola con la 25i en modo DV fueron en contra de la nueva pues esta creaba aliasing sin ningún control pero esto solo en modo DV pero era grabar en HDV y yo ¡no me lo podía creer!, era una ¡puta máquina de fotografías haciendo vídeo!, parabas la imagen en cualquier instante y sacaba una fotografía con una calidad superior a muchas cámaras digitales compactas del momento.
Creo que un año después no pude resistirme más y compré su hermana siguiente que no digo “hermana mayor” la HDV 40 porque de todo lo que encontré cuando no fallaba el formato de grabación fallaban otras cosas así que con defectos importantes de diseño y todo la compré, es la que actualmente tengo y que el Señor me la proteja por mucho tiempo porque su calidad de imagen no la supera las modernas con su formato AVCHD tan comprimido.
Hace poquito tiempo otro amigo andaba detrás de una cámara para grabaciones familiares, no sé qué recomendarle pues lo que es cómodo y práctico no es fácil de manejar. Lo último, lo más moderno implica de un ordenador súper potente y al final no son los 900 euros si no lo que trae consigo, le aconsejaría mi modelo pero por supuesto “ya no se fabrica” porque no se vende porque a día de hoy no se concibe una cámara “con cinta” por las calles, pero si hablamos de calidad no hay que olvidar que las semiprofesionales es el sistema que emplean por tener una menor compresión y por consiguiente: pérdida.

Y hasta aquí puedo contar, todas las cámaras que recomendé fueron un acierto y sus dueños encantadísimos (incluyéndome yo), actualmente mi HDV 40 cumple sobradamente los requisitos que yo necesito, mi teléfono Nokia N8 graba alta definición con una calidad más que suficiente para lo que necesito pero con poca luz se las ve «putas» para mantener una calidad aceptable, el principal inconveniente de las dos es controlar la profundidad de campo pues el sensor se encuentra  muy próximo a las lentes y aún en F 1.8 hay que tirar de zoom para desenfocar el fondo por lo demás ¡¡¡Olé Canon!!!!.
De izquierda a derecha Nokia N8, Canon 25i, Canon HDV40, Sony TRV 25, Panasonic MX300, Hitachi.

Muchas gracias por vuestro APOYO y comentarios. alcorlopantano.com