«Himalaya de la Alcarria» es el nombre con el que me he encontrado algunas veces al referirse a nuestro querido pico Ocejón. Probablemente el nombre sea un poco exagerado pero en el momento que acabas de coronarlo SÍ que te parece que un poco de «Himalaya» tiene, especialmente para los que ya superamos los «50» y queremos hacerlo con tiempos de «25».
Esta es la historia de hoy: mi primera subida completa al Ocejón, quizás la historia sea larga o quizás esté escribiendo «mis memorias» pero si no tienes intención de hacer esta ruta o si no tienes 7 minutos no pierdas el tiempo leyéndola.
La primera vez que lo intentamos fue en el siglo pasado (1995). A un grupo de amigos se nos ocurrió visitar ese lugar y en pleno verano nos plantamos en Valverde de los Arroyos. Por si no conoces el lugar para llegar a la cima del Ocejón hay dos opciones, o subes desde Majaelrayo o desde Valverde, cada uno de ellos está situado al otro lado del cerro.
Por aquellos entonces a ninguno de nosotros se nos ocurrió informarnos cual era el camino más correcto acorde a nuestra situación, yo iba con mi mujer y los niños, David de cinco años y Diana de poco más de dos.
Como decía antes, no nos informamos porque no lo creíamos necesario y aparcamos en el merendero que hay antes de llegar a Valverde con la idea de por el camino más corto_ que es la línea recta_ llegar hasta arriba.
En principio era tarea fácil, se veía una mancha clara que parecía hierba y luego una estrecha franja de pinos y a partir de ahí subir el pedregal ya ya está, la diapositiva siguiente muestra lo que se veía desde abajo ¡si está ahí mismo!!!!!
Las dos primeras horas las empleamos en llegar hasta los pinos y a partir de ahí ya resultó imposible continuar porque no se trataba de un pinar de los de «buscar níscalos» era más bien todo lo contrario, las ramas enormes de los pinos a poca altura del suelo y los zarzales y espinos lo hacían totalmente intransitable incluso para los animales, todo ello sumado al calor del verano y el tiempo que habíamos empleado hasta llegar allí decidimos dar media vuelta y volver al merendero. Este matorral era la supuesta ¡hierba!
El segundo intento se produjo unos meses después, en septiembre, esta vez nos informamos que había que caminar hasta la «cascada» luego desde allí continuar el camino que estaba muy bien marcado, no había problema.
Bueno pues el resultado fue más o menos parecido, los niños ya cansados, yo la mitad del tiempo con Diana subida en mis hombros más la cámara de fotos, la de vídeo y bla, bla, bla, hasta que llegamos a la cascada, cruzamos y cuando llevábamos doscientos metros de subida ahí nos hicimos la foto de grupo y de vuelta al aparcamiento a comer porque el tiempo no perdona.
Desde entonces varias veces he pensado en organizar una subidita pero no se había dado el caso hasta este día.
Martes, 22 de abril de 2014, el tiempo prometía ser bueno para andar por el campo sin embargo a primeras horas en la zona de Guadalajara había una niebla tan espesa que daban ganas de salir corriendo con cámara en mano para hacer fotos a cualquier lugar, por ejemplo, el puente de las tirantas solo se veía la parte de arriba, esto no se ve en Guadalajara todos los años…..
El camino hasta casi Tamajón fue con una niebla espesa de esa que te obliga a poner la luz de alumbrado en el auto pero a partir de ahí grandes claros permitían ver el cielo entre las nubes que pasaban «a toda ostia» sin embargo la temperatura era muy agradable.
Poco después de las diez ya estábamos en Majaelrayo, Isma, Juan, Alfonso y el menda. Mochila a la espalda con «poco peso» solo una camarita y ya está, bueno esa es la teoría porque para una vez que probablemente suba no me voy a dejar en el coche el 300 VR, aparte de la alimentación correspondiente y bebida, al final te pones en más de 5 kgm.
Nada más salir del pueblo te encuentras con algo pintoresco, es este puente, actualmente en un estado lamentable, uno de los palos se ha partido y ahí está esperando a que el ayuntamiento lo repare…… foto obligada a los compañeros, primera foto, yo como siempre el último.
En cuanto te descuidas un momento (hacer una foto, mear, atarte la bota, etc) los compañeros «desaparecen» y luego te toca hacer un sprint hasta alcanzarlos, ya lo dice el refrán: ¡si quieres ver a tu compañero andar: párate a mear!.
En poco tiempo hubo que despojarse de la cazadora porque la temperatura a ese nivel era muy buena y la cuesta ya te invitaba a sudar….
Un rato me tocó esperar hasta que saliera el sol para hacer esta foto ya que la utilizaré para una colección que estoy preparando sobre «árboles».En menos de media hora de camino y a partir de ese punto la cuesta amenazaba con «destrozarme las piernas».
Nada más comenzar la «ascensión» a este «monte del Calvario» me hice con un «cayado» de una rama de estepa seca porque no viene mal para ayudarte a subir o a controlar un traspiés, puede ser como una tercera pierna. Vista típica del lugar (siguiente foto) obsérvese la inclinación del lugar.Cuando llevas dos horas trepando te encuentras un lugar relativamente llano con un poste informativo, yo en ese momento víctima del sprint por el rato que estuve esperando el sol y que ya voy «siendo mayor» cuando llegué allí me faltaba el oxígeno en cada aspiración y a parte no sabía qué dirección tomar ¿izquierda o derecha? la izquierda me invita a bajar por lo tanto no podía ser esa pero la derecha me llevaba por un lugar bastante intransitable. Me paré a recuperar un poco de aliento mientras me decidía qué ruta tomar hasta que en un punto muy escarpado en la ruta de la derecha y muy por encima mío divisé dos pequeñas figuras humanas, eran mis compañeros allá arriba en «matatomarporculo», ¡joer lo que les ha cundido! o ¡qué viejo estoy!…. claro que estos no paran ni pa fotos ni pa mear ni pa na……
En la siguiente fotografía se puede ver un poco de la cuesta que hablo en la esquina superior izquierda. Para los que entendéis de fotografía diré que utilize un filtro ND Coquin 121 M para que las nubes salgan perfectamente, yo a lo mío, más tiempo que perder y luego a recuperar…
Después del último sprint por culpa de la foto al puto árbol estaba sudando pero en ese momento corría un viento que me obligó a ponerme la cazadora y taparme bien tapadito porque el viento le calculé más de 80 km/h y la sensación térmica de -8º C mis largas e intensas inspiraciones de aire me dejaban los pulmones «mas tiesos que la mojama«, pensé que me podía dar algo y no sería bueno, huy huy huy que momento más malo….
El «cayado» de vez en cuando se me quedaba clavado en los huecos de las piedras y me obligaba a pararme en seco, no sabía que era mejor si tirarlo, guardarlo o utilizarlo, en ese momento estaba pasando un rato terrible, ¡ay con lo que ha sido uno, Agustín…..! esto mismo lo hacías tú antes sin despeinarte.
Eso sumado a mi agitada respiración provocada por el último sprint, que me recordaba a un «pescao cuando los sacas de la mar», hizo que me acordara del Zapatero y el Gato (chiste/anécdota click AQUÍ) y pensara como el zapatero ¿qué falta me haría a mí el gato? fue sin duda el peor rato que pasé de todo el día.
Cuando llegué allí me estaban esperando mis compañeros para darme la buena noticia: ¡este no es el camino!, joer _ pensé pa mis adentros_ ahora que llevamos media hora como los Oryx sujetando mis pies entre las peñas…. que como se le ocurra a una piedra de estas soltarse baja rodando hasta la plaza del pueblo…. así que cruzamos como pudimos sin perder altura hasta volver al camino que todo el mundo utiliza y es este de la siguiente fotografía, hablo ya de cuando faltan menos de trescientos metros para coronar. Cuando se habla de «camino» no tiene por qué ser precisamente horizontal y lisito… que quede claro…..
La anécdota del día puede ser esta: durante todo el rato la Nikon iba colgada del cuello con su tapa puesta y parasol hacia atrás bueno pues solo llevaba un ratito con el parasol hacia adelante cuando al subir un peldaño de este punto (fotografía siguiente) la cámara se fue contra el suelo, ¡no podía haber más piedras por centímetro cuadrado!, misteriosamente la anilla se salió del mosquetón a pesar de que este estaba cerrado, me refiero a que no estaba roto, afortunadamente cayó de frente y solo se rompió el parasol, qué buena suerte pensé, justo ahora que recientemente había declarado la D90 y el Tamron 17/50 como equipo oficial para todas mis salidas, poco más y me hunde la decisión……
mientras tanto de vez en cuando foto-foto-foto porque Dios sabe cuando volveré por aquí…. esta vez sin esperar a que saliera el sol.
ya por fin coronamos, allí estaban mis compañeros esperando ¡qué paciencia tienen algunos! y a partir de ahí foto de la «conquista» y para abajo.
yo me hubiera quedado un par de horas allí mirando una y otra vez a todo mi alrededor, las nubes producían unas manchas oscuras por los campos que no te cansabas de mirar pero el puto tiempo _siempre el puto tiempo_ y el ir con compañeros hizo que rápidamente abandonáse el lugar.
Valverde de los Arroyos ahí, en el centro, minúsculo, en la cara opuesta a la subida…. distancia focal 75 mm, distancia al objeto 1000 mtrs (datos EXIF)
El «Pedregal» cerca el final.
No se puede representar con unas fotografías la sensación experimentada en ese lugar, merece la pena el esfuerzo de llegar ahí …..
Fuimos los primeros pero no los últimos en subir ese día….. ¿indecisión o espera? F135 mm
fotos y más fotos esta vez ya de bajada…no sé como me las apaño pero siempre el último….. Majaelrayo al fondo.el mismo árbol, esta vez con «sombra» en el lado derecho y sin esperas.robledales espesos y viejos…La importancia del color, misma foto, sin color es «otra foto» donde los árboles se mimetizan….Si al subir los músculos de las piernas se resienten al bajar es lo mismo pero ahora son «otros los músculos» de las piernas los que más trabajan.
Tardamos algo más de tres horas en subir y otro tanto en bajar, a lo largo de la caminata muchas veces pensé en la factura que me pasarían las piernas por el esfuerzo físico, ¡¡¡ mañana estoy que no me tengo!!! pero no, me equivoqué, lo cierto es que cuando llegamos al pueblo me sentía igual o mejor que cuando comenzamos a subir, creo que no me encuentro mal de estado físico, las caminatas diarias con el perro y salidas al campo son los responsables.
A las preguntas de: ¿volverías a subir? la respuesta es SI, ¿merece la pena el esfuerzo? SI, ¿volverás a subir? en cuanto tenga ocasión… ¿lo recomiendas a un amigo/enemigo? por supuesto que SI, ¿es una buena ruta fotográfica? NO, es muy difícil representar con unas fotografías lo que se puede presenciar desde allí.
Si ya hiciste esta ruta y con otras condiciones (más despacio, más jóven, etc) quizás pienses que soy un exagerado pero es así como yo lo viví y como lo recordaré, te lo puedo asegurar….
Gracias por llegar hasta aquí, gracias también por tu APOYO y comentarios. Si crees que a alguien le puede interesar esta entrada no dudes en compartirlo. alcorlopantano.com