A estas alturas todavía de mi vida aún no conocía los aljibes de Matallana, de Roblelacasa o del Espinar, (no se a qué término pertenecen), se puede llegar a ellos desde El Espinar que es el pueblo más cercano a la capital o desde Roblelacasa, el trayecto vayas por el que vayas es prácticamente el mismo, ni uno ni otro son rutas fotográficas espectaculares pero merece la pena ver el lugar ya que me resulta el más pintoresco de los que conozco de la Sierra Norte de Guadalajara.
El día prometía meteorológicamente hablando, despejado, con una neblina que hace de efecto invernadero para aumentar aún más la temperatura, el día más caluroso de lo que llevamos de año, alrededor de 28 grados al medio día que subirán hasta más de 35 unos días después batiendo el récord de los últimos 50 años, demasiado calor tan temprano.
El viaje lo he realizado yo solo, por primera vez en los últimos 10 años mi fiel amigo Yuco, (mi perro) ya no puede acompañarme y durante el día más de cincuenta veces me acordé de él cambiando drásticamente mi estado de ánimo, así parece ser que es la puta vida aunque nos joda… hace bien pocos años tanto a uno como al otro una jornada entera trotando en el campo se nos quedaba pequeña y ahora….
Varios errores he cometido que han hecho que el día se convirtiera en diferente a lo previsto. Mi padre decía que «hay días que sale todo torcido y no hay Dios alguno que lo enderece» y a veces parece ser así.
La ruta la comencé desde El Espinar, había ojeado en el Google Earth como era el lugar y parecía tan sencillo que no había que preocuparse pero puestos los pies en el lugar ya no está uno tan seguro….
Primer error: el calzado. He salido un par de veces con esas botas y no escarmiento, la primera al Ocejón y me destrozaron los pies, tienen la suela tan blanda que una lenteja que pises ya la notas y se clava así que un par de horas después de comenzar el viaje parece que llevaba horas pisando garbanzos, mal asunto, va a ser la última vez que me han acompañado….
Segundo error: ¿para qué le hace falta el plano a un tontainas como yo? ¡si todos los caminos llegan a Roma!!!. Ni corto ni perezoso pongo rumbo a «Los Algibes» por el único camino que veo que sale del pueblo en dirección a ellos.
Robles, quizás centenarios y agotados por el tiempo llaman mi atención a lo lejos y me dirijo hacia ellos quizás un poco olvidando el verdadero motivo del viaje. Aparte de esto no veo mucho interesante que fotografiar en la zona, el sol ya está demasiado alto pero es lo que hay, como no hay prisa, trípode, bla bla bla… y primeras fotografías.
Sigo caminando, algún que otro camino que entiendo como «secundario» salen del que tomé como principal ya que es el más usado, de vez en cuando miro para atrás y veo que NO me parece correcta la dirección que llevo pero no he visto ninguna indicación de dichos Algibes.
Parada obligada para hacer foto al pantano de El Vado, larga distancia, sin estabilizador, pues trípode al canto, no hay prisa…… F 135mm
Un grupo de personas que venía detrás lo he perdido pero no le doy importancia, todos los caminos llegan a Roma. Recojo los trastos y continúo el camino por el cual se ve que hay bastante actividad pero lejos de llevarme hacia donde yo creía que estaban los Algibes el puñetero camino comenzaba a descender y perdí todo el campo de visión, seguí por él con la confianza de que girara pronto en algún lugar hacia la derecha hasta que llegó un momento que me di cuenta de que aquello no me llevaba sino a la mismísima cola del pantano.
Con las mismas media vuelta y a comenzar la «ascensión». Entre bajar y subir una hora perdida ¡hala! ¡madruga Agustín!
Llego otra vez a la planicie y busco el camino correcto pero entre tanta jara no lo encuentro, busco Matallana pero no lo veo ¿cómo es posible? , hay varios caminos que se cruzan en modo 90 grados pero sin actividad reciente, más bien parecen cortafuegos, tomo uno de ellos en dirección al noroste. Foto selfie para el recuerdo…
pues no, este no era porque a 200 mtrs se acaba, retrocedo ya un poco mosca con intención de volver al pueblo y comenzar desde CERO.
Al momento me encuentro una familia con niños y con plano y detalles de la ruta preguntándome por donde se iba, ¡pues no lo sé, lo cierto es que por aquí ni por allí es!. nos dirigimos todos hacia el pueblo para «recalcular la ruta» cuando nos encontramos con un grupo abundante de personas y perros, varios de ellos venían con plano e instrucciones…. justo coincidimos en el punto de mayor confusión… parece que estaba claro, había que girar a la derecha. Misteriosamente el campo está «sembrado» de postes indicativos en aquellos parajes pero en ese lugar que es el más complicado «NI UNO».
Bueno pues ya que estaba claro, seguimos la ruta. En aquel punto me dediqué a poner montones de piedras a modo de flecha indicando la dirección (por si le sirve a alguien) …
Los perros acusaban el calor y un palmo de lengua oscilaba a un lado y al otro de la boca como si fuera un cencerro, posiblemente por falta de entrenamiento, qué envidia me daba el verlos caminar con sus trotecillos como lo hacía el mío tan solo un año antes, una y otra vez el recuerdo del Yuco me venía a la memoria…. siempre pendiente de él que no se mezclara con otros perros porque no sabías nunca cual podía ser el resultado sobre todo si llegaban al enfrentamiento….
Nos esperaba una caminata de un par de km «sin pena ni gloria» hasta llegar a los algibes, vamos que la cámara guardada hasta que llegó «el momento del cambio», de repente una buena y larga pendiente aunque en la fotografía no lo aparenta…
la misma pendiente vista hacia atrás…..
parte de ella vista desde la ladera de enfrente al otro lado del arroyo….a media ladera la pendiente se hace más difícil y complicada, el suelo es arenoso con gran facilidad para escurrirse y bajar arrastras un buen trecho. Me aparto del camino y aprovecho para tomar una foto a la cola del pantano…. Quince minutos después ya estaba haciendo la primera foto a «las pozas».
Por lo que pude ver_ y no estaba muy inspirado_ era lo que me había parecido, la mayoría de las fotos del lugar que tenía vistas parece que las hubieran tomado desde el mismo punto y así es, solo encontré un lugar que me agradara como foto de paisaje….. F 10mm «ojo de pez»,
El lugar tiene cierto peligro es muy estrecho y corto y como dejes algo en el suelo y pueda rodar un momento después lo tienes «nadando» en la poza de abajo, apenas hay espacio para colocar el trípode, ni le estiré las patas, puse el 10 mm y salían mis botas así que lo sujeté en el trípode, extendí las patas de este y con el temporizador puesto lo llevé hacia el vacío sujetándolo de la punta de las patas, con el liveWiev puesto para ver el encuadre, es la foto superior el problema es que no se aprecia la altura ni el cortado que nace a mis pies…. El agua estaba clarita, totalmente transparente….. F 24mm.Estando en plena batalla con los filtros, objetivos y que nada se cayera al vacío echo en falta la sudadera que automáticamente doy por perdida…. recojo los trastos con intención de seguir la ruta y se me cruza por la cabeza que podía haberse caído con la última fotografía, la de la cuesta, bueno, solo podía perder un rato y un montón de energía así que me fui en su busca.
A media cuesta me entró la duda de si continuar o abandonar, guardé todos los trastos detrás de unas jaras para continuar sin peso y seguí subiendo un rato más hasta el lugar de la foto, allí algún «buen samaritano» la había colgado en la punta de unas jaras, eso sí, llena de tierra por todas partes seguro que por encima pasó el tropel de perros y personas que venían detrás de mi.
Como no tenía intención de volver por el mismo camino y tenía que volver a pasar por las pozas quise probar con el filtro ND de 10 pasos o ND1000 para conseguir el efecto seda del agua, un rato antes había finalizado la sesión fotográfica porque el tropel de perros se había revolcado en la parte superior de las pozas y había llenado todo el agua de cieno, ese cieno negruzco que abundaba cincuenta metros más arriba, justo donde el camino se junta con el río, en fin, que se quedó el río echo una mierda así que el agua en vez de verde sale negruzca, como se puede apreciar en la fotografía siguiente.
Ya «metidos en harina» tomé esta de una planta que vive en la grieta de una roca sobreviviendo con el rocío y de la escasa lluvia mientras mira pasar el agua por debajo…La primera fotografía de este relato es un selfie, la tomé cuando acabé la segunda sesión de fotos con el ND mientras recogía la cámara del trípode después de hacerme el mío. Es foto obligada, la memoria es débil….. foto siguiente.
Estando allí varias personas me pidieron que les hiciera la foto del grupo, quizás pensaron que yo sabía hacer fotos o querían estar todos dentro del cuadro…. a lo largo del día varios también me preguntaron que hacía yo con mis fotos…. mi respuesta: guardarlas en mi ordenador ja, ja, ja… supongo que pensarían que trabajaba para una revista pues no vi ni un solo trípode aparte del mío en todo el día, debo ser «avis raris».
Llené la cantimplora por enésima vez en las aguas del arroyo del Soto_ creo que consumí más de 4 litros de agua en todo el día_ y comencé el retorno en busca de la comida que dejé en el auto que según tenía previsto por la mañana sería antes de las 14:00.
Este puentecito es para atravesar el arroyo aunque se puede pasar sin mucha dificultad y sin mojarse las botas por varios lugares más aprovechando las piedras….
Comencé el retorno yendo hacia el puente de Matallana, la idea era rodear el monte y llegar a Roblelacasa para evitar volver por el mismo camino de la ida.
Eran las 13:40 y la temperatura más de 27 grados. La cuesta que comienza desde el puente de Matallana hacia Roblelacasa tiene «mu mala leche» o es que «uno es ya mu mayor», sin muchas prisas y sin ninguna pausa comienzo a subirla, ¡mira que es larga la jodida!…. trago va y trago viene dosificando el agua que no va a ver más hasta llegar al coche y solo son 33 Centilitros, una botellita o sea un trago.
De vez en cuando con la «excusa de hacer alguna foto» aprovecho para descansar. El ojito de pez es muy agradecido…. foto difícil por su alto rango dinámico a esas horas pero que la 7D con el CR se lo pasa por el forro, de la siguiente hablo.
Llegando al pueblo de Roblelacasa tenía DOS opciones: una era atravesar el arroyo/barranco en dirección a El Espinar en línea casi recta y aprovechar para ver un puente que cruza dicho arroyo (lo vi en google) y otra era continuar hasta el pueblo y seguir hasta el Espinar por la carretera, total 3 km, no se si acerté pero elegí la primera.
¡En qué hora se me ocurrió bajar al arroyo!, el «ciego sol de Castilla» pegando de lleno en el interior del barranco y de viento ni una mala brisa, el lugar lleno de jaras, espinos, zarzas y robles bajos, una maraña de cuidao y yo con mis pantalones recién estrenados enganchándose a cada momento en las ramas secas y zarzas…
Varias veces pensé en el supuesto de que me diera en aquel lugar un «jamacuco» creo que tardarían años en localizarme ya que el móvil allí en el barranco no tiene cobertura y en esa espesura no te encuentran ni «los buitres»…. en fin, paciencia.
El arroyo Del Soto está más cerrao que una noche de tormenta, me dirijo arroyo arriba en busca del maldito puente o un lugar para cruzarle pero ni lo uno ni lo otro hasta que cuando había superado la altura del pueblo encontré un lugar estrecho y fue mi salvación.
a partir de ahí busqué el lugar que tenía visto desde el cerro de enfrente que semejaba a un camino y «voialá» encontré una ruta que después he podido comprobar que une El Espinar con Roblelacasa pero del puente ni «tamo». Luego he visto en Google que el puente se me quedó unos cincuenta metros más abajo, creo que la foto la ubicaron mal en el mapa porque donde pusieron la foto yo pasé y no hay lugar para puentes, también puede ser que no exista tal puente…….
De nuevo delante mía una cuesta ¡otra cuesta! en ese momento estaba ya de subir cuestas hasta los cataplines y lo malo, mejor dicho: lo peor, es que no sabía donde llevaba aquel camino, si si, muy bien indicadito con pintura en los robles, innecesaria porque no te puedes salir de él, solamente los corzos que vi en ese lugar son los que se pueden permitir el lujo….
Cuando alcancé el llano me encontré con un cartel informativo de direcciones hacia El Espinar, Roblelacasa y Campillo de Ranas, Campillo de Ranas lo tenía enfrente sin embargo la flecha indicaba la misma dirección de Roblelacasa que me quedaba a la izquierda, no voy a nombrar las posibilidades de errores que puede tener ese caso y me sumo a la frase de que «todos los caminos llegan a Roma»…. (se me olvidó hacer foto al cartel).
La cosa acabó bien porque una hora y media después de dejar las pozas ya estaba sentadito en mi auto y quitándome aquellas malditas botas, teniendo en cuenta la odisea del barranco me parece buena marcha, para hacer los más de 5 km, hacía cálculos sobre el tiempo empleado y no me salían, ¡tan solo una hora y media! por el sufrimiento me pareció el doble, estoy acostumbrado a dar un paseo con frecuencia (a paso muy ligero) alrededor del pueblo donde habito durante una hora sin embargo lo hago sin mucho esfuerzo pero subir las cuestas ¡ME MATA!.
En este mapa he dibujado en verde la ruta que debería haber hecho, salir desde El Espinar llegar a las pozas y volver por Roblelacasa pero con tanto contratiempo hice además la ruta marcada con amarillo, en total calculo 10 ó 12 km, en fin, ¡la aventura es la aventura! lo peor sería «el día después» donde las agujetas harían se presencia pero no las he visto, parece que las caminatas y pequeñas carreras de vez en cuando hacen bien su función….
Podría acabar aquí la historia de ese día pero no puedo dejar pasar el resto del día.
Conozco media docena de pueblos abandonados en la provincia de Guadalajara y aún no sabía de la existencia y ubicación de «Sacedoncillo», pueblo fantasma lo llaman, está muy cerca de Tamajón así que me acerqué hasta la laguna de Tamajón para comer tranquilamente a la sombra le los chopos y echar una cabezadita mientras el sol bajaba de nivel para visitar dicho poblado.
Parece ser que durante la guerra civil sufrió gran bombardeo y quedó tan lastimado que sus vecinos emigraron a otros lugares en vez de reformarlo.
Lo visité entre otras cosas con la intención de ver si se podía conseguir algún tipo de fotografía nocturna con vía láctea o similar, no esperaba grandes fotos del lugar, quizás este verano emplee una noche «a ver qué sale»….
Pues nada, fin del relato, gracias por llegar hasta aquí y ya sabes, si sales al campo y no quieres tener contratiempos no hagas lo que yo, documéntate todo lo que puedas…
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