En esta entrada relataré como me fue el día 3 de Septiembre de 2016, un día largo, más de 17 horas fuera del hogar, en tanto tiempo pueden pasar muchas cosas y no todas son favorables.
Desde hace varios años tenía intención de asistir a la fiesta/romería del Alto Rey pero cuando no ha sido por «un pito ha sido por una flauta» el caso es que este año no dejé que pasara más tiempo. Pedro Vacas Moreno estuvo en la fiesta de San Bartolomé de Alcorlo y me animó a que pasara ese día con ellos, ya no tenía excusa… click AQUÍ para ver el vídeo de esta romería.
La «furgofiesta» cargada con todo el equipo, desde la barra corredera para hacer un posible timelapse hasta la 7D preparada para hacer un vídeo sobre el evento ya que las fotografías no me parecen suficientes, además de ver es importante el escuchar…
A las 7:30 ya estaba arriba y eso que era la 1:15 cuando me metía en el sobre un rato antes. El equipo estaba casi todo preparado, 3 cámaras, media docena de objetivos, otras tantas baterías, grip, visor, filtros, trípodes, etc, cuando me acosté el pasillo lo dejé lleno de bolsas; también la nevera llena principalmente de bebida porque todo prometía que haría bastante calor. Tres viajes al coche me costó cargar el material.
Justo cuando me disponía a salir consulté el móvil y ¡qué casualidad! tenía una llamada del trabajo de hacía media hora, por un momento pensé que sería algo sin importancia porque si no fuera así me hubieran llamado más veces. Siempre digo lo mismo cuando me encuentro una llamada perdida en el móvil ¡parece mentira que intentemos llegar a Marte cuando no tenemos cobertura en el casco urbano!.
El teléfono lo llevo siempre en el bolsillo porque basta que te metas en el baño para que el cabrón se ponga a sonar como un loco pero esta vez ni vibración ni sonido, ¡esta vez como tantas otras mil!…
El caso es que ya había tomado carretera y algo me decía que debería llamar al trabajo. Llamé pero como si tal cosa, nadie atendió la llamada, llamé a otro compañero y más de lo mismo así que continué con mi ruta.
Mi padre vivió la mayor parte de su vida con libertad absoluta en cuanto al trabajo, no tenía un duro pero era dueño de su tiempo y decisiones, yo sin embargo soy todo lo contrario, nunca sé cuando voy a tener un rato o día totalmente libre ya que dependo del funcionamiento de la parte mecánica de la empresa, en otras palabras: UN EXCLAVO, todo eso es lo que ha traído el modernismo y la evolución de la especie, lo que tenemos lo pagamos a buen precio…. en fin…
Por el camino más de lo mismo, siempre igual, sé que no está pero no puedo evitar el mirar de reojillo al lugar del asiento trasero donde siempre iba tumbado mi perro Yuco, una vez más no puedo evitar que las lágrimas corran por mi cara, sé que es ley de vida pero difícilmente aceptada, todo los lugares por donde voy me recuerdan a él en algún momento del día, todo lo pateamos juntos durante más de diez años…
Una hora después de salir ya estaba en Alcorlo, nada más llegar volví a llamara al trabajo porque algo me decía que algo no marchaba bien pero no obtuve respuesta.
Al rato recibo una llamada diciéndome lo dramático que era el trabajar esa mañana pues varias máquinas habían comenzado la jornada con problemas, problemas que dos horas después apenas habían solucionado los operarios…
De repente me entraron unos calores, una rabia, una gana de «mandarlo todo a la mierda» y pasarme el día a la sombra de un alcornoque que «pa qué» porque todo suma, ya comencé el día con que no encontraba la pieza fundamental para grabar el vídeo que era una lente que se conecta a la pantalla de la 7D, sin esa pieza no puedo grabar vídeo así que tomé otra sustituta, (plan B) pero el «run run» de ¿dónde estará el visor? ya lo llevaba en la cabeza, no había comenzado el día con buen pie ¿donde habré dejado la maldita pieza? es un elemento que no se puede comprar porque no se vende, era de un aparato y la adapté a mi cámara, es fundamental para mi… espero que aparezca.
Este verano la sequía es terrible, por eso nada más llegar a Alcorlo la idea era bajar al pantano para llenar unas garrafas de agua para regar algunos arbolitos que hemos plantado por allí y salir pitando a la «montaña Sagrada» porque a partir de una hora cierran la carretera al tráfico y la cuesta es demasiado larga y empinada para un cincuentañero que tenga que cargar con el equipo.
El ambiente del entorno de la Ermita de Alcorlo poco se parecía a unos días antes, el 24 de Agosto, que estuvimos allí celebrando la fiesta de San Bartolomé y estaba todo el campo más seco que la pólvora, había llovido algo por la noche y los árboles «tenían otra cara» las hojas más verdes y brillantes y se respiraba humedad en el ambiente enseguida supe que había llovido recientemente…
Siempre a contrarreloj miré en los depósitos que recogen el agua del tejado de la Ermita y tenían algo de agua, eso me haría ganar algo de tiempo por no tener la necesidad de bajar al pantano a por el agua así que regué lo que tenía que regar, coloqué la bandera de la asociación en su alojamiento en la pared de la Ermita y salí pitando para el Alto Rey.
Desde el cruce de la Ermita vi que Manolo estaba en su huerto así que no pude por menos que saludarle. El tiempo apremia pero aunque solo sean el cruce de cuatro palabras se te escapa media hora.
Según mis cálculos y descontando el tiempo de carretera me sobraba una media hora. No tenía pan porque pensé comprarlo en Hiendelaencina que hay panadería propia y la carretera pasa por el centro del pueblo.
Cuando las cosas no están por salir no salen, la tienda estaba abierta pero el pan todavía no estaba preparado, solo quedaban unas barras del día anterior…. en diez minutos están las de hoy, mientras te tomas un café… vale, ahora vuelvo.
Media hora después la panadería estaba aún cerrada y ante quedarme sin pan llamé a todos los timbres… cuando salí de allí eran las 10:35 o sea la media hora que disponía se me fue esperando al pan…
Comencé la subida a la montaña hasta donde me dejaran llegar con la «furgofiesta»y pronto comencé a encontrarme peregrinos la cuesta arriba, algunos portaban los Pendones, mochilas y neveras.
¡Qué larga se me hizo la cuesta! y eso que iba en coche. Pocos coches había en el lugar o sea que llegué a buena hora, eran las 11:00 hora máxima prevista para llegar.
En menos de cinco minutos ya había contactado con Pedro Vacas y su compañera, muy amablemente me orientó como se desarrollaría el evento y los mejores puntos para grabar vídeo o hacer fotos.
Pedro Vacas en los últimos años se ha distinguido por una intensa actividad investigadora en torno a los temas del costumbrismo serrano, así como una dedicación intensa a la promoción y divulgación de los valores serranos, participando en cuantas actividades se realizan en esta zona, y escribiendo, y publicando numerosos libros que se refieren a estos valores, etnográficos, históricos, patrimoniales y culturales de la Sierra Norte de Guadalajara
Esta romería no es muy diferente a la de Sopeña en San Andrés del Congosto, los representantes, vecinos o feligreses de varios pueblos llegan en grupo portando sus cruces procesionales y/o sus estandartes para concurrir en un punto, de ahí se trasladar al lugar donde se celebra la misa, luego la subasta con las ofrendas a los santos y se acaba en la Ermita que está en el punto más alto de la montaña.
Una bolsa con dos objetivos colgada, la 50D con el 100 mm al hombro, el trípode en una mano y la 7D en la otra preparada para comenzar la grabación en cualquier momento y el resto del equipo descansando en el coche.
Poco a poco por decirlo de una manera van llegando los peregrinos, pronto me encontré con mis primos que tienen familia por varios de aquellos pueblos cercanos al Alto Rey, muchas caras conocidas aún siendo pocos los eventos que hay a lo largo del año por esa zona.
Ya me resulta familiar la pregunta ¿para qué cadena es? ¿dónde va a salir esto? les choca que un aficionado porte con «tanta carga«… señora, le resultará fácil encontrarlo en el youtube unos días después…
La tradición dice que nadie se marchará de esa montaña sin comer así que varios me invitaron a comer con ellos y acabé haciéndolo con la familia de mi primo Ángel y un grupo de San Andrés del Congosto.
Todo el evento acaba después de la comida, el café y la siesta, a media tarde algunos coches ya comienzan a abandonar el lugar.
Estando allí no podía perder la oportunidad de estudiar las posibilidades que ofrece ese lugar de fotografiar la vía láctea en dirección Norte. Busqué el Norte con la brújula y me sorprendió la orientación de la Ermita, por solo 12 grados no está alineada con la estrella Polaris (al menos en esta fecha), había nubes pero muchas veces desaparecen un rato después que el sol.
A pesar de hacer viento _raro es que ahí no lo haga siempre_ el sol calentaba de lo lindo pero eso no impidió que me quedase dormido encima de una gran losa mientras miraba como las nubes creaban multitud de formas cada instante, cuando desperté se escuchaban risas y murmullos a lo lejos pero tenía claro que me quedaría allí hasta que todo el mundo se marchara, «esa montaña tiene algo que engancha».
El ruido que produce en viento en las antenas situadas al lado mismo de la Ermita (con lo grande que es la montaña poco más y las plantan encima del tejado de la Ermita) es insoportable, silba, chilla, vibra, mil ruidos y todos molestos se producen justo allí al lado de la Ermita, si no fuera por eso es para quedarse allí «a vivir».
Sin darme cuenta llegaron las 18:00, tenía tiempo para estudiar las escenas de las fotografías nocturnas y el timelapse a pesar de que de un punto a otro hay un buen trecho y no hay mucho donde elegir.
Mi «fascitis plantar» _que me lleva fastidiando seis meses_ me comenzada a molestar bastante impidiéndome el caminar sobre todo por ese pedregal así que mientras merendaba mi pié derecho estuvo refrescándose gran rato en el agua medio helada de la nevera, luego unas fotos selfie para recordar ese día y ¡hale! a preparar el tinglado del timelapse mientras anochece, luego Dios dirá…
Barra, trípodes, baterías, filtros, cámara, etc etc transpórtalas hasta el montecillo elegido para hacer el timelapse, prepara la configuración del movimiento del transportador de la cámara, mide tiempos y calcula distancias, baterías y memorias así como el tiempo de inicio y fin de lo que durará el time lapse, cuando te quieres dar cuenta ves que ya vas «arreao» ¡como siempre!.
Una vez que ya está la primera máquina «cantando» cada seis segundos ¿porqué no poner otra con otra distancia focal más larga? pues ¡hale! viajes de la «furgofiesta» al montecillo y viceversa para que trabaje la segunda cámara y mientras tanto el pié derecho «pidiendo clemencia».
Clack Clack Clack estaban cantando las dos cámaras mientras yo andaba «pelando pipas» y al volver la vista para atrás vi que podía resultar interesante hacer otro timelapse al valle mientras el sol se ponía, de esa manera se vería «correr las sombras» de las colinas por el valle así que la tercera cámara (Canon 7D) apoyada en una losa comenzó a acompañar a sus hermanas con sus clack clack mientras yo seguía con mi bolsa de pipas.
El viento se había calmado casi por completo y ya quedaban pocos autos en la zona, el sol ya no se veía pues estaba a punto de perderse por el horizonte y además unas cuantas nubes estaban por medio, se comenzaba a vislumbrar la paz esperada durante todo el día de esos parajes.
Me encontraba en mi salsa, estaba tan a gusto, todo el equipo estaba funcionando y tenía tiempo, mucho tiempo, cuando recordé que el iphone hacía timelapse cosa que nunca había probado así que como tenía una batería para recargarlo lo puse a trabajar sin saber si tenía tiempo limitado o no…
Estando en esas, las cámaras con sus clack clack y yo con mis clic clic de las pipas uno de los autos que abandonaban la montaña paró a lo lejos y el conductor se quedó mirando al montículo de piedras donde tenía el equipo y como es lógico a mi… ¡Hoooolaa! dije como para romper el hielo, al momento una joven se acercó movida por la curiosidad…. Lo de siempre, más de lo mismo ¿para qué empresa trabajas? ¿eres autónomo? ¿es por hobby? le costaba creer que todas aquellas «máquinas grandes» _como dijo_ cantando sin cesar trabajaran por hobby, luego le expliqué como sería el resultado y donde lo podría ver, nunca había visto ni oído nada semejante ni en ese lugar ni en otro, en un principio pensaba que sería un técnico que andaba midiendo la velocidad del viento o las condiciones metereológicas de la zona, todo menos que se trataba de un simple aficionado a la fotografía…
Después de quince o veinte minutos de grabación continua con el iphone lo paré sin saber si se quedaría colgado o seguiría con vida, el resultado visto al momento me pareció muy interesante luego visto en el ordenador diría que espectacular…
Y llegó la noche. Algunas nubes quedaban todavía por ocultar las estrellas pero tenía que probar. Sobre las 23:00 miré sobre la vertical y no tardé ni «cero coma» en descubrir la magnífica vía láctea que tenía justo encima pero eso en las fotografías no sale…
La magnífica temperatura, el silencio más absoluto, la oscuridad casi total (ya que la luna hacía una hora que se había ocultado) y la ausencia de cualquier humano cerca (salvo tres o cuatro jóvenes muy lejos) habían conseguido que dudara si volverme a casa o esperar el amanecer allí mismo.
Una de las primeras fotos nocturnas que hice fue al pantano de Alcorlo, las luces de la presa tintineaban a lo lejos, muy lejos, unos 30 km, demasiado lejos para un objetivo Tamron 18/250 con muy baja luminosidad en focal 160 mm y aunque estaba en el trípode lo movía la brisa y aquello no podía salir bien sobre todo con una exposición de un par de minutos pero no había otra «cosa» mejor en el morral… Zarzuela de Jadraque el grupo de luces más cercano.
Luego ya me cebé con la Vía Láctea, una nube intentaba meterse en escena donde la vía láctea se perdía en el horizonte víctima de la luz de la ciudad, hasta la fecha nunca había fotografiado la vía junto con las nubes, sabía que podía quedar bien, ¡queda bien!.
Y así llegaron las 23:11 foto va foto viene, casi dos horas haciendo fotos nocturnas, mientras la cámara iba tomando las fotos yo iba desmontando el tinglado del timelapse y tranportándolo hasta la furgofiesta, la oscuridad era casi casi total, en esas condiciones la iluminación más ridícula como una simple vela o una linterna led de llavero es más que suficiente para caminar y no molestar a nada ni a nadie.
Una vez recogido todo el equipo solo faltaba cenar así que me preparé un bocata de atún con unas rodajas de tomate y con el pie metido nuevamente en el líquido «refrigerador» en la más absoluta oscuridad disfruté gran rato del ambiente mágico
de esa montaña, ya pasada la media noche sin
prisa ninguna me volvía al hogar, eso sí, antes pasé por Alcorlo a guardar su bandera y tomar una cerveza al pié de la cruz mientras contemplaba la magnífica Vía Láctea que en esos momentos estaba totalmente vertical y encima de la presa, sus luces la fundían con el firmamento.
Click AQUI para ver el vídeo del timelapse.
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