Magnífico seguidor de estrellas casero.

Si tienes un sueño persíguelo, si no tienes sueños quizás deberías preguntarte si estás vivo porque la vida es sueño y los sueños… no siempre “sueños son” porque a veces se hacen realidad.
Esta entrada está complementada con un VíDEO en el que se ve el funcionamiento de los mecanismos, también las técnicas sobre localizar Polaris y consejos para poner a «tiro» el sistema de seguimiento.
Llevo varios meses martirizándoos con la astrofotografía, mis fotos del universo, estrellas, galaxias, nebulosas, etc y creo que ha llegado el momento de que os de una explicación de todo lo que me ha ido sucediendo durante estos meses y que me he ha absorbido gran parte del tiempo hasta que he conseguido mi sueño que era fotografiar objetos celestes con una calidad más que aceptable o dicho de otra manera “diferente”.
El objetivo era conseguir una fotografía lo más limpia posible de un solo disparo, igual que el francotirador “Un disparo, una baja” aunque no descarto con el tiempo hacer apilamientos de imágenes con el mismo proceso de captura.
En ESTE ENLACE se pueden ver algunas fotos de mayor calidad.

En ESTE ENLACE está la segunda parte del vídeo, trata de los ajustes mecánicos de los aparatos seguidor de estrellas para evitar vibraciones.

Todo este post gira en torno a la fabricación de varios modelos de aparatos “seguidores de estrellas” o star track, para fotografía astronómica, eso sí, con el coste mínimo, utilizando partes de aparatos obsoletos, viejos o de la chatarra, alguno que otro moderno de bajo coste “made in China” pero lo bueno es que los resultados son más que sorprendentes, para mi gusto rozando la perfección, sin mucho que envidiar a los aparatos fabricados exclusivamente para tal fin y con alguna que otra ventaja sobre ellos.

Si te gusta la mecánica, si has fabricado pequeños útiles o herramientas y si el bricolaje es lo tuyo no te lo pierdas porque verás que con un poco de ingenio se pueden conseguir grandes  resultados, lo bueno de hacerlo uno mismo es todo lo que vas disfrutando según avanza el proyecto y finalmente ver como todo aquel baturrillo de piezas van girando todas al son de la música que tú le pusiste eso no tiene precio.

Lo más sencillo y práctico es comprarlo hecho y salir pitando al campo a disfrutarlo pero yo voy por otro camino. Cuando uno dispone de tiempo suficiente se puede permitir el lujo de hacer o fabricar pues el dinero marcha por otro camino que no tiene nada que ver. Aquí hablaré de varios tipos pues CUATRO han sido los que he fabricado y son diferentes entre sí pero el concepto es el mismo, poder montar el equipo fotográfico sobre un eje que rote a una vuelta por día.

En parte escribo todo esto como parte de mi “Diario”, (de ahí que este post sea tan largo) con el tiempo las cosas cambian y se ven de otra manera hasta llegar a decir: “¡cómo me compliqué la vida con lo fácil que era! ¡Tan solo tenía que haber leído o preguntado, eso me hubiera hecho ganar mucho tiempo!, aunque “a veces se disfruta mucho más paseando por un camino tortuoso y empinado que por una senda recta y llana”, siempre que el tiempo no sea factor determinante, que en este momento es el hecho.

Todo comenzó en el verano del 2010 cuando una noche ya pasadas las dos de la madrugada descubrí que mi Canon 30D fabricada en 2005 era capaz de “ver la Vía Láctea” montando un objetivo f2.8, toda mi idea hasta ese momento cambió pues siempre pensé que ese tipo de fotografías solo se podían hacer con cámaras carísimas, a partir de entonces de vez en cuando he seguido haciendo fotos a la Vía a lo largo de los años cada vez con mejores técnicas y mejores cámaras hasta llegar a fotografiar no solo la Vía Láctea sino a nebulosas como la de “La Laguna” llegando a realizar algunas verdaderamente sorprendentes _aunque no se hicieron precisamente en las mejores condiciones o lugares_ aun así llama la atención los colores y luz registrados en algún punto del firmamento donde el ojo humano no es capaz de ver mucho más que un puñado de puntitos de luz infinitamente pequeños.

Después de aquella primera foto a la Vía yo quería más ¡porque siempre quiero más! yo sabía que de alguna manera eso se podía hacer mejor ¡yo lo podía hacer mejor! pero llegó un momento que ni con otras cámaras más modernas y ni siquiera con un objetivo como el Sigma ART de f1.8 era suficiente para sacar esos colores que vemos en las revistas ¿qué podía hacer?

Como fotografiar la Vía Láctea era cuestión relativamente sencilla _pues se pone la cámara a grabar la escena durante veinte o treinta segundos y ya está todo hecho_ quise complicarlo todo un poco y pensé en hacer un vídeo a la Vía, vídeo que ya había visto de este tema por la web, pero no sería un vídeo fácil pues quería también que la cámara se moviera a la vez que iba capturando las imágenes y así salió  «Las noches de Alcorlo».

Con el tiempo quise avanzar otro pasito y mirando este vídeo pensé que hubiera estado mucho mejor si la cámara además de moverse longitudinalmente lo hubiera hecho girando a la velocidad de la Galaxia pues al final del vídeo la Vía se pierde en el encuadre así que como necesitaba “algo que la siguiera” comencé a pensar cómo y de qué manera podía conseguirlo; fue ese el motivo principal que ha desembocado en el “seguidor de estrellas casero”.

Entre aficiones, devociones y obligaciones las cosas llegan cuando llegan y fue en la primavera de este 2019 cuando puse manos a la obra con la idea del star track o seguidor.

Necesitaba como elemento principal un mecanismo que sostuviera la cámara con fuerza, sin vibraciones, incluso cuando girara, ya que incluso la brisa le afecta a una estructura montada sobre un trípode con su correspondiente acoplamiento de rótulas, contrapesos, etc, la fotografía astronómica es muy delicada y sacrificada.

Busqué por mis “chatarras” material para reciclar y encontré un pequeño reductor de corona y sinfín pero era demasiado grande así que lo empleé para fabricar y mejorar mi antigua barra timelapse de la que hablaré detenidamente en otro post.

Desde el primer momento deseché la idea de comprar un aparato diseñado para ello pues siempre trabajé en la industria de la reparación y el mantenimiento de maquinaria y quieras que no algo llegas a aprender y finalmente si todo sale bien disfrutas al ver los cacharros trabajar porque fuiste tú principalmente el causante de ello, por ello comprar sería lo último, compraría una vez convencido de lo que realmente necesitara porque hemos visto una vez más que al final «lo barato sale caro».

Como entre mis materiales para reciclar (chatarras) no había nada y era FUNDAMENTAL no gastar dinero más que el estrictamente necesario pues ESE ERA EL RETO  pues de lo contrario hubiera comprado uno en algún lugar especializado y me hubiera ahorrado muchísimo tiempo a la vez que me hubiera perdido de grandes emociones e ilusiones como la de diseñar, calcular y fabricar las ideas con las que el proyecto podía tener resultados muy satisfactorios como es el caso que nos ocupa. Decía que como no encontré nada en casa me pasé por el centro de recuperaciones de metales (la chatarrería de toda la vida) en busca de algo aparente. Sobre todo buscaba algún mecanismo de relojería, tipo reloj grande antiguo tipo el que hay en las estaciones de ferrocarril pero no encontré nada, tan solo un pequeño mecanismo que no servía ni como para sujetar la cámara ni como relojería y me volví con las manos en los bolsillos.

Al día siguiente volví a la chatarrería y busqué dicho “pequeño mecanismo” y por 5 euros me lo llevé conmigo pensando en que algún día para algo serviría porque era tan “cuco”… con el tiempo ha sido la pieza clave para todo lo posterior. La relación de entrada salida es de 4.8:1, significa que debe dar 4´8 vueltas el eje de entrada para obtener 1 vuelta en la salida.

Con un eje de salida de 8mm de diámetro no me parecía demasiado “fuerte” para sujetar una réflex y en un momento dado un gran teleobjetivo ya que ni siquiera sabía si para fotografia de galaxias hacía falta un 50mm o 500 pero no tenía otra cosa más apropiada y probé con ello. También tenía un acoplamiento mecánico del tipo “dientes” que agarraban hacia la izquierda y resbalaban hacia la derecha, “precisamente lo contrario de lo que necesitaba” pero venía bien a la hora de orientar la cámara así que lo aproveché construyendo un sistema que una vez orientada lo bloqueaba, era muy práctico aunque finalmente prescindí de él para evitar vibraciones y en su lugar monté un soporte generoso para montar cualquier accesorio ya fuera cámara réflex o telescopio de buen peso.

Ya tenía la parte “bruta” que se encargaría de sujetar firmemente a la cámara y accesorios, ahora quedaba “el cerebro y el mecanismo de rotación” acorde a UNA vuelta cada 24 horas sobre el eje de salida. Para ello pensé en algo que tenía que girar muy lento, que fuera muy pequeño, y que se pudiera controlar con batería y por supuesto que fuera barato o gratis así que miré por “mis chatarras” y encontré un temporizador de horno de aquellos de hace 20 años donde el tiempo era de un par de horas, en cada hogar había al menos uno de ellos.

Era perfecto, todo el mecanismo de piñones estaba alojado en una pequeña caja, metálica muy bien acabada, con un eje de salida metálico de 6 mm al que solo necesitaría montar allí un pequeño piñón o cualquier otro sistema de acoplamiento para unirla a la caja reductora de relación 4´8:1.

Este tipo de temporizadores mecánicos vienen con un pequeño motor que funciona a 220 voltios de corriente alterna, características totalmente inservibles pues en el campo ni hay 220 voltios ni es alterna la corriente de las baterías a la vez que innecesario dicho valor tan alto pues con una pequeña batería de 8 voltios y 0.2 Amperios/hora es más que suficiente, o sea, batería de volumen poco más que un encendedor sería necesario para una sesión de cuatro horas.

Como las características del motor del temporizador del horno no servían lo saqué de inmediato para alojar allí otro de características como las descritas, poco voltaje y diminuto, cuanto más pequeño mejor para ahorrar peso y volumen.

Calculé la velocidad que necesitaba para atacar al grupo reductor de ya DOS módulos, el de salida y el del temporizador y me salió unos 12 rpm (revoluciones por minuto) así que busqué por la web y me llevó a encontrar justo lo que necesitaba, un diminuto motorcito con su reductora integrada del tamaño de 2 cm de longitud, diseñados para mover juguetes etc, el problema era el tiempo, tres semanas hasta que venía de China pero al no encontrar nada más apropiado lo encargué, bueno mejor dicho encargué cuatro y otros tantos de otras velocidades, total por 3 euros pieza…  El  motorcito está sujeto por silicona ya que de esa manera amortigua y absorbe las pequeñas vibraciones. 

Ya parecía que tenía “solucionada” la parte mecánica pero ahora tocaba la del control “el cerebro”, necesitaría un control PRECISO sobre la velocidad del motor ya que hubiera resultado totalmente IMPOSIBLE acertar con la velocidad adecuada así que encontré “una maravilla” made in China que tiene voltaje de entrada muy amplio y voltaje de salida amplio y totalmente regulable y preciso y lo mejor: MUY ESTABLE y además muy barata (3 euros) así que encargué media docena.

Una vez llegaron todos los materiales de China lo armé, el conjunto quedó muy “cuco” y compacto pero había que ver realmente cómo funcionaría en campaña con tanto elemento moviéndose allí, muchos piñones, ejes, acoplados con piezas de plástico, latón, algunas ajustadas con lupa debido a su diminuto tamaño (algunos piñones tienen 4 mm de diámetro) y no se podía correr el riesgo de que se “saltaran dientes” que luego me podrían volver loco intentando averiguar cuál sería la causa. Tengo que mencionar que dispongo de un pequeño torno para fabricación de piezas ya que de otro modo me hubiera resultado TOTALMENTE IMPOSIBLE llevar a cabo nada de todo esto.

Ya había pasado un mes entre unas cosas y otras y en este tiempo descubrí que era IMPRESCINDIBLE hacer un alineamiento del sistema con la estrella Polaris así que aprovechando que tengo un láser de esos verdes “made in China” mecanicé el aparato insertándole un espárrago de 6mm (alineado con el torno ¡claro!) que roscaría en el eje del seguidor de estrellas para hacer el ajuste rápido y preciso. En un par de minutos el sistema del seguidor puede quedar alineado perfectamente.

La durabilidad del mecanismo “made in China” no duró mucho, de nada sirvió que estuviera bien lubricado con aceite y gracias especiales, el problema es que son mecanismos diseñados y que funcionan muy bien para pequeños movimientos no para tenerlos durante cuatro horas dando vueltas sin parar por eso así pasó, que no tardó mucho en averiarse, no por exceso de trabajo porque con la tremenda reducción de velocidad entre ese dispositivo y el eje de salida era capaz de levantar 3 kg a una distancia de 10 cm del eje “sin despeinarse” pero sí por exceso de horas, ni siquiera por exceso de revoluciones ya que funcionaba al 30 por ciento de el voltaje nominal.

Mientras el sistema estuvo funcionando me dio tiempo a aprender a orientar y a instalar el trípode adecuadamente _que dicho sea de paso fabriqué uno expresamente para ello, de tubo cuadrado de 35mm, sin uniones, con una base sólida muy robusta para instalar una rótula o lo que se necesitase. Ya en esas fechas sabía que la inclinación es aproximadamente 41 grados a la altitud de Guadalajara así que fabriqué una cuña con esa inclinación y así me ahorraba el paso de rótulas dando un acabado muchísimo más robusto al sistema, de hecho creo que se podrían montar aparatos de 20 kg sin inmutarse.

Al igual que fabriqué expresamente un trípode muy robusto también hice hincapié en el sistema de herrajes para sujetar la cámara, de entrada prescindí totalmente de rótulas y mecanismos semejantes que por muy caros que sean no se pueden comparar a lo que fabriqué, una vez orientada la cámara se les da un apriete de llave y queda firme a más no poder, había que eliminar al máximo toda causa de oscilación, vibración, temblequeo, etc.

La prueba: Como un MES DESPUÉS de las fotos tan espectaculares de la Vía Láctea en la playa todo el sistema había mejorado, nuevo trípode, nuevo sistema de sujeción, orientación a Polaris más precisa, etc pero seguía saliendo  “una de cal y otra de arena” quiero decir que salían fotos muy buenas en cuestión de movimiento y otras fatales… ¿qué estaba sucediendo? Mirando con lupa el proceso vi que el eje de salida tenía cierto movimiento nefasto, había un pequeño juego donde el eje se quedaba “loco” pues el mecanismo no tiraba de él, esto lo solucioné instalando un muelle que funcionaba semejante a como cuando sacas al perro a pasear, ja ja ja, donde él tira y tu no le dejas, lo tienes controlado; esto mejoró mucho pero tenía ciertos inconvenientes ya que el sistema ya no era tan vistoso y lo peor es que no era lo eficaz que se requería pues si fotografiaba hacia el norte el peso de la cámara le venía a favor pero si lo hacías hacia el sur, o sea, hacia la Vía Láctea se necesitaría una enorme tracción por parte del muelle para vencer el peso de la cámara y objetivo…. Total que “mala solución” y aquí entra mi amigo Josemi que leyendo por internet me dijo algo así como: “no te puede funcionar bien porque el eje de salida no es un sinfín y tiene juego”… en parte estaba de acuerdo, si a eso añadimos que el mecanismo de salida, ese pequeño reductor no era nuevo y con todos los acoplamientos que tenía pues yo creo que era como “pedirle peras al olmo” y de sobra se portó “el animalito” mostrando perfectamente a Júpiter y sus lunas con tiempo de exposiciones de un par de minutos, algo totalmente IMPENSABLE para mí unos meses antes.

 

Intentando descubrir qué estaba ocasionando que unas fotos fueran muy aceptables y otras mucho menos pasé largos ratos haciendo vídeos timelapse a Júpiter con sus lunas perfectas, probando diferentes objetivos de diferentes luminosidades, distancias focales y características pero conseguir retratar a una estrella que está “lejísimos” que incluso se veía centellear en la pantalla live view mientras la enfocaba, parecía algo IMPOSIBLE y ya dudaba si se podía hacer o no porque no encontré demasiada información por la web sobre técnicas etc ni sabía de nadie que hubiera pasado ya por ese punto o tuviera un seguidor de estrellas.

En el vídeo de youtube, al principio,se puede ver estos vídeos.

Este primer modelo (V1) tiene la opción de seguir a las estrellas y de función timelapse solo con cambiar el primer módulo de reducción, operación que se lleva a cabo muy fácil y solo en unos minutos. tiempo 23:55

En este aparato hay una inscripción que data del 5 de agosto de 2019, fecha en que lo di como finalizado, con él tomé en la playa la primera fotografía a la Via Láctea con seguidor de estrellas con un resultado realmente impactante, sobre todo teniendo en cuenta que había grandes ráfagas de viento y todavía no tenía ni idea de cómo hay que orientar el mecanismo con respecto al eje polar etc, me basé en una alienación horizontal, no rotatoria por lo que el tiempo de exposición tiene que ser muchísimo menor, de hecho se ven unos trazos diminutos en las estrellas si se mira con lupa.

Después de esta experiencia sobre el viento deduje sin muchas dudas que necesitaba un trípode “con fuerza”, no sirve uno de estos telescópicos de tres o cuatro secciones aunque sean buenos y caros, como tampoco sirven los cabezales de rótulas aunque sean carísimos pues al montar las cámaras sobre ellos el agarre que tienen es insuficiente. Azul y marrón, ambos trípodes «made in casa». Repito que la fotografía astronómica es muy delicada y sensible tanto a vibraciones como al estado de la atmósfera, lo que se suele decir «hay que cogérsela con papel de fumar».

Llegado a este punto pensé en fabricar otro mecanismo ya que SEGUÍA CON LA IDEA DE NO COMPRARME UNO pues aún no tenía las ideas claras, por lo que varias veces durante varios días después pasé por la chatarrería en busca de algo semejante pero la suerte que tuve aquel segundo día que encontré aquella joyita que tantas satisfacciones me produzco no me acompañó y no encontré nada apropiado así que pensé en consultar con un ex compañero de trabajo si no tendría algo semejante que hubiera retirado de alguna máquina para la chatarra y SÍ, la suerte sí me acompañó, él tenía reservado un pequeño reductor producto de la avería de un motorreductor de una máquina que por su peso, tamaño y diseño podía resolverme el problema de salida del eje principal hacia la cámara y se ofreció a enviármelo; entre vacaciones y demás el aparato cayó en mis manos cinco semanas más tarde, tiempo más que de sobra para que fuera buscando otras alternativas entre “mis chatarras”.

De nuevo la suerte quiso ayudarme he hizo que encontrase uno idéntico al que me enviaría mi colega, ¡ni siquiera sabía de su existencia en mi poder! Puede que llevara allí, entre mis trastos viejos más de diez años, así que me puse con el nuevo proyecto con mucha ilusión y ganas de resolver el problema de las vibraciones, la idea la tenía clara pero los recursos podían fallarme pues no tenía tantos juguetes rotos o temporizadores de horno como para elegir.

Cierto es que con mi afán de ver pronto el resultado he tenido muchos días de gran auto estress pues una vez pensado al momento lo quiero ver funcionando, han sido muchas piezas, cortes de radial, soldaduras, hacer roscas y ensamblar piezas y mucho devanar de sesos ya que no tenía la opción de pedir “tantos piñones de este tipo y de esta forma” ahora si tuviera que volver a empezar lo haría de alguna otra manera más práctica pero el reto era hacerlo con lo que tuviera al alcance de la mano, todo material obsoleto y de recuperación como los piñones de plástico que recuperé de una impresora de hace más de diez años y que tan útiles me han resultado, no como las de ahora que no tienen apenas piezas.

La versión “V2” (voy a llamarla así ya que era el segundo modelo) como comenté antes era un pequeño reductor con salida de eje de 19 mm, ¡una brutalidad! Capaz de cargar con una veintena de kilogramos pero…. ¡siempre hay un pero al menos! El eje de salida tiene un gran rodamiento en la parte de la salida pero otro muy pequeño muy cerca de él más atrás por lo que las vibraciones de los piñones al girar en el interior puede que se transmitieran a él ya que es un conjunto de SEIS rodillos girando sobre la parte interna del cuerpo del aparato y eso podía dar a que la solución no llegase con él.

Del aparato primero versión “V1” no quise utilizar ningún módulo pues al no estar seguro de qué saldría de aquel segundo experimento al menos tenía ya un seguidor de estrellas que no iba demasiado mal y a la vez cambiando un pequeño mecanismo de la entrada también servía para hacer timelapses con tiempos muy amplios desde unos minutos hasta una hora… suficiente.

Busqué nuevamente entre “mis trastos viejos” y encontré mi primer micro ondas, comprado en el 1996 aproximadamente y que funcionó bien hasta el 2010 pues le llegó un día que no se encendía, sin pensarlo dos veces lo sustituimos por otro, días después lo reparé pues era el fusible de alta tensión, a modo de anécdota y/o recuerdo comentar que los dos micro ondas estuvieron en la cocina durante unos meses pero el trabajo lo seguía haciendo el viejo pues era mucho más práctico, le decías el tiempo y la potencia y ¡yastá! Mientras que el nuevo el control era electrónico y nos daba “yuyu” ponerlo en marcha porque no sabíamos bien dónde se ponía ni cómo funcionaba; finalmente en unos meses le cogimos el tranquillo al electrónico y el anterior pasó a la chatarra.

Bueno pues utilicé el mismo mecanismo de relojería que en la versión V1 con la diferencia de que la relación de velocidad no era igual y teniendo en cuenta que los reductores “made in China” pequeñitos no tenían mucho futuro me busqué las mañas para poner otro mecanismo que tuviera una velocidad ultra lenta de aproximadamente 1 vuelta cada minuto, esto era tan ridículo que no encontré nada apropiado que combinar un sistema de reducción a base de cuatro pequeños piñones (1 cm de diámetro) y un pequeño módulo reductor con salida de 30 rpm; este módulo reductor es lo que llevan los automóviles par ajustar desde el interior la altura del alumbrado de carretera, lleva un pequeño motor de 12 Voltios y 50mA a unas 5000 rpm pero si se alimenta a 4Voltios la velocidad cae a unos 1500 que a su vez entra en una corona a través de un pequeño piñón y a su vez se vuelve a reducir con un sistema de piñones, total que volviendo otra vez a utilizar el torno y modificar el diseño _ya que no están pensados para girar 360 grados o multivueltas en el eje de salida_ lo adapté para que diera unas 30 rpm. Como está controlado electrónicamente y funciona desde 3 V hasta 18 pues el rango es brutal pero todos los cálculos los hice (y así salieron) para trabajar en torno a 5 voltios, de esa manera se consigue una vida útil del módulo y motor de muchos cientos de horas y de un funcionamiento suave sin vibraciones ni ruidos ¡esto salió bien!

Para corregir el problema de “ese tiempo muerto” en el eje de salida le acoplé un muelle en forma de espiral, ajustable en fuerza, la caja de un recogedor de persianas me sirvió de alojamiento, quedó perfecto, todo el juego que tenía el eje lo absorbía el muelle y como de fuerza el sistema andaba sobrado no había problema. Quedó un montaje muy compacto y cuco, eso sí, con tres kg me peso pues el hierro sale bien en romana.

Como el ajuste de velocidad es muy muy crítico sobre todo teniendo en cuenta a la distancia que están las estrellas tuve que recurrir a un polímetro digital con centésimas ya que el que trae la tarjeta electrónica solo tiene un dígito así que para mayor precisión le instalé un medidor también “made in China” de 2 euritos pero con funcionamiento muy fiable. Así quedó. En la fotografía de abajo no tiene instalado el muelle en el eje de salida.

Después de varios días ya estaba de nuevo en el monte, hay que esperar a que se vean las estrellas y eso siempre no es posible porque en otoño suelen llegar las primeras nubes del invierno.

Nuevamente se puede decir que me salieron “una de cal y otra de arena”; a esas alturas de experimentar velocidades y ángulos ya le había cogido el tranquillo pues las estrellas pueden salir con trazos rectos, curvos o mixtos dependiendo de la velocidad del seguidor de estrellas, de vibraciones y de la orientación sobre Polaris, si no se extreman las precauciones las variables pueden ser múltiples y “no das pie con bola”.

Tomé fotos con mucho acierto pero “misteriosamente” salían otras a continuación muy “raras” pues daba la sensación de que el aparato se había parado unos segundos o marchaba a trompicones… me tenía desconcertado hasta que se me ocurrió grabar un vídeo timelapse en vez de hacer fotos de larga exposición.

Cuestiones técnicas: El vídeo lo hizo la Canon 80D ella solita, me refiero a que no fueron fotos con obturador sino a iso de 1600, con aberturas de f1.8 y con focal de 85 mm, el Canon 85 se encargó de ello. ¿por qué esa focal y no otra? Los resultados de esta prueba hubieran sido otros si en vez de un 85mm hubiera utilizado 18mm o 24, con 24 mm a lo que yo llamo “no vale” hubiera sido perfectamente válido pues el ridículo desplazamiento de las estrellas hubiera resultado invisible a la vista pero con focales mayores a 150mm cualquier “estornudo” cerca de la cámara le afecta. El 85 mm f1.8 es también el objetivo de focal más larga que tengo con esa abertura.

El resultado a simple vista parecía haber sido satisfactorio pero analizándolo con el programa de edición de vídeo el movimiento del equipo no fue demasiado preciso porque en esa media hora que estuvo grabando tuvo movimientos de rotación y también en altura, eso demostraba lo que se veía en las fotos, que sin mover la cámara una exposición salía perfecta y otra salía con rastros de estrellas bastante desconcertantes.

Después de ver esto ni el problema ni por supuesto la solución la veía, la culpa debía estar en el reductor, concrétamente en la parte de la salida hacia la cámara aunque no me extrañaba que también le afectara el módulo anterior (el del microondas) ya que se trataba de un reductor que al girar el eje de salida se mueve el de entrada no como el aconsejado en estos casos que es del tipo CORONA Y TORNILLO SINFÍN bloquea el eje de salida.

De nuevo Josemi, _gracias amigo_ me insistió en que el problema estaba en los dientes del reductor, que no son todos iguales y que al pasar de uno al siguiente podía dar esos problemas pero ignorando un poco esta idea y como me acababa de llegar el reductor idéntico de mi colega me puse de nuevo manos a la obra eliminando por completo la posibilidad de que se moviera el eje de entrada al módulo final y asegurándome de que todos los piñones del reductor estaban en buen estado ya que ese reductor había estado trabajando al menos 10 años hasta que se murió el motor que tenía acoplado.

Me aseguré 100 por ciento que no había el más mínimo problema de piñones ni de agarrotamientos, lo desmonté entero, lo limpié, miré con lupa todas las piezas, especialmente los piñones, le cambié el rodamiento principal al eje de salida por uno nuevo, lo armé con la máxima garantía de que giraría suave a más no poder, en la entrada utilicé material reciclado de una impresora, unos piñones grandes, para asegurarme de que el eje de entrada trabajaría con precisión y fuerza desmedida para su cometido, en fin, ¡que tenía que funcionar bien!

Nuevamente y SIN TOCAR ningún elemento de la versión V2 acabé la V3, de nuevo tuve que modificar otro mecanismo regulador de faros del automóvil pues un colega que trabaja en un taller me los suministra gratis de tantos como tiran a la basura cada semana, de nuevo piezas de torno, nuevos diseños, nuevas velocidades pero con la misma idea, de que gire una vuelta cada 24 horas. Esta vez (como no tenía temporizadores mecánicos de horno ni de microondas) utilicé una caja reductora de plástico de algún juguete y de nuevo a esta le atacaba el aparato de los faros; también nuevamente otra tarjeta electrónica y otro medidor de DOS decimales.

Puedo decir que este había sido EL MEJOR APARATO seguidor de estrellas que he diseñado y fabricado, conseguí algunas realmente espectaculares teniendo en cuenta el lugar y condiciones donde se tomaron pues en Gredos o cualquier otro lugar bien despejado de contaminación lumínica y sin luna en ese momento la cosa hubiera salido mucho mejor pero si nos centramos en el MOVIMIENTO y manteniendo que no es preciso cien por ciento realmente hay fotografías que se pueden considerar PERFECTAS con tiempos de exposición de 180 y de 240 segundos, ni que decir tiene si se hubieran tomado a 120 segundos que es un tiempo brutal pues a veces con ese tiempo, aberturas de f2.8 e isos 800 salen fotografías demasiado expuestas. Las pruebas se hicieron con esos tiempos tan largos para asegurar el movimiento, la realidad me ha demostrado que con 90 segundos suele ser suficiente.

Cierto es que con este último aparato ya me daba por contento pero ¡siempre hay algo que se puede mejorar! Sobre todo al ver y probar el nuevo “juguete” de Josemi que no era otro que un seguidor de estrellas “made in China” pero que ha triunfado en el mundo pues su espectacular diseño, su tamaño diminuto, su manejo, su precio, etc han hecho que se vendan como rosquillas.

Josemi, Made in China, el test. Después de varias semanas de espera por fin llegó a manos de Josemi su seguidor de estrellas, bonito a más no poder, pequeño, bien acabado, sencillo, ¡lo tenía todo! Pero yo quería saber si esos aparatos diseñados por especialistas respondían perfectamente o tenían también algún “pero”. La primer noche que tuvimos ocasión nos subimos al monte, no fuimos a la sierra ni a ningún otro lado, al lado de casa, con ver Polaris para ajustar el eje el resto daba igual, se trataba de ver como este seguidor de estrellas seguía perfectamente su velocidad.

Cierto es que a modo de diario comentaré que en la primera hora no hicimos ni una foto; lo comento a modo de aprendizaje y no como crítica ya que con estas cuestiones se puede encontrar cualquiera que comience con este tipo de fotografía.

Yo llevaba mi equipo de costumbre porque quería seguir probando y experimentando el comportamiento de mi seguidor de estrellas V3, esa era la idea, y mientras Josemi _al lado_ se encargaría de poner en marcha su sencillísimo seguidor con sus flamantes rótulas para sujetar la cámara, láser etc.

Probamos con la Sony A7III y un objetivo zoom a unos 150mm a F5 o superior (ya que no tiene más luz) y nos encontramos que con esa abertura no era posible enfocar a las estrellas ni con iso 25.000… porque no se veían en la pantalla, bueno, sin problemas… intentamos utilizar la Nikon 810 con otro zoom 28/200 pero al orientarlo hacia la vertical +/- 45 grados donde se encontraban las Pléyades el objetivo se retraía él solo por el peso (y no dispone de botón de bloqueo salvo en la posición retraída) por lo que hubo que sujetarlo rodeándolo y bloqueándolo con una vuelta de cinta aislante, al menos para probar… tampoco sirvió de nada porque no había mando a distancia en modo B Bulb y/o porque no supimos/pudimos poner la cámara con tiempo de exposición superior a 30 segundos, total que tuvimos que recurrir a mis cacharros de todas las noches conocidos ya, trípode de hierro, zapata de hierro, fija a 41 grados, y la Canon 80D o 7D con los objetivos utilizados habitualmente, ya por lo menos sabíamos cómo respondía ese equipo, solo que esta vez era el seguidor de estrellas “made in China” en vez del “made in Agus”.

Después de tres horas volvimos a casa con más dudas de las que llevamos al campo, pues si mi cacharro hacía “cosas raras” ese hacía cosas “imposibles” pues en la mayoría de las fotografías los rastros de las estrellas eran parecidos a una letra V invertida, otras fotos mostraban el símbolo numérico 4, otras veces salían más o menos bien y otras pareciera como que la velocidad no era constante…¡qué drama! ¿qué estaba pasando si medio mundo utiliza ese mismo aparato star track?  sin embargo el mío montado en el mismo trípode FÉRRICO respondió como siempre, la mayoría bien aunque no perfectas con tiempo de exposición de 3 terribles minutos.

Una semana después más/menos volvimos al monte, con la idea de saber qué estaba ocurriendo, ¿pudiera ser que el aparato viniera defectuoso? Lo dudo, los chinos ya han aprendido a fabricar con buena calidad… ya directamente utilizamos mis conocidos y fiables hierros para instalar el star track de Josemi, quizás estábamos haciendo algo mal pero era difícil hacerlo mal porque el aparato es tan sencillo que solo es darle a dos botones, uno para elegir polo norte o polo sur y otro para hacer timelapse o seguidor de estrellas. 

Probamos la Nikon 810 ahora con modo B Bulb a dos minutos y en las primeras fotos nos dimos cuenta de que “aquel seguidor de estrellas no seguía a nadie, ni siquiera se movía”. Josemi que es muy experto en leer los manuales rápidamente dio con el problema, el problema es que no podía trabajar con semejante esfuerzo.

Cambiamos de cámara con un objetivo más comedido, creo que la Canon 80D con el 85 f1.8 y salió una foto PERFECTA; repetimos varias fotos a varios puntos del universo y todas fueron perfectas y la que no lo fue es porque no anduvimos ajustando exactamente el eje de Polaris. Claramente el seguidor de origen Chino no podía con tanto peso, ¡OJO a las características! El fabricante dice que puede con 11 kg de peso pero a ¡solo unos centímetros del eje!, ESTO HAY QUE TENERLO PRESENTE, el problema es que el centro de gravedad de una cámara con su correspondiente objetivo queda muy lejos de esos pocos centímetros que dice poder con 11 kg, realmente en la práctica no sirve para mover más de 1 kg; la solución está en instalar unos adaptadores para retrasar este punto de gravedad, ahora queda probarlo el próximo día pero teniendo en cuenta que cuantos más acoples, módulos, etc que se armen repercutirá en vibraciones y deficiencias en los resultados ya dudo de que no haya vibraciones. A continuación la versión V3

La casualidad quiso que justo acabando de fabricar la versión del seguidor de estrellas V3 encontrara entre mis chatarras algo que ni siquiera sabía que existiera ni de donde me provino, es posible que llevara por allí más de treinta años, se trataba de un motor limpiaparabrisas que por su tamaño podía ser de un camión. Toda mi vida he ido guardando algunos “cacharros” con la intención de que pudiera llegar un día que tuviera tiempo e ideas y fabricaría cosillas como esta… el torno lo compré en 1995, un capricho de 150.000 pesetas. El sueldo de un mes. Detalle del acoplamiento del eje de salida hacia la zapata de la cámara  y piñón para el módulo timelapse.

Era perfecto ya que sin abrirlo sabía que dentro tenía una corona y un sinfín, justo lo que me aconsejaba Josemi así que en cuanto tuve ocasión lo abrí, estudié las posibilidades de armar otro seguidor de estrellas y me tiré pá-lante con la versión V4.  

Con mucha meticulosidad limpié y ajusté el casquillo de salida hacia la cámara, incluso le obligué con unos golpes de puntero a hacer que el eje _generoso y sin desgaste aparente_ se aproximaran sin la más mínima tolerancia; corté el eje del rotor porque de nada me serviría allí puesto y lo aprovecharía para instalar en él un piñón apropiado. Como en el otro extremo del eje no había sujeción hice un taladro y metí un espárrago con la punta excéntrica para poder ajustar desde el exterior si fuera necesario para mantener un giro preciso y sin vibraciones ni juegos, a continuación una tapa para proteger el mecanismo y que serviría de base de apoyo en el trípode, el resto la misma dinámica que las versiones anteriores pero como no tenía ya reductores pequeños de juguetes o de microondas tuve que recurrir a mi PRIMERA barra timelapse y utilicé un motorreductor muy pequeño de más de 40 años pero con una relación de 240:1 o sea, más o menos lo que hacían los aparatos del horno pero este mucho más rudo y fuerte. A continuación acoplé estos dos módulos con sendos piñones de impresoras quedando firmemente unidos alejando toda posibilidad de que los materiales cedieran, resbalaran sobre el eje o vibraran, uno acoplado a presión sobre el eje de salida y el otro con los dos típicos prisioneros a 45 grados; uno es fijo pero el otro se puede sacar, girar o hacer lo que se necesite con solo aflojar los dos prisioneros.

El acoplamiento entre ellos es muy versátil ya que tiene una corredera y si fuera necesario se podían sustituir por otro juego de piñones con otra relación entre ellos para conseguir otra velocidad distinta. Hasta ahí el conjunto estaba quedando muy rudo, muy práctico, muy pequeño, poco pesado y con mucho futuro. El eje de salida era el punto más difícil pues tenía un eje de 10 mm pero muy cortito, continuando con una parte cónica y acabado en una rosca (para sujetar el brazo del limpiaparabrisas), con sumo cuidado fabriqué una pieza de aluminio donde ensamblaría los tres diámetros diferentes aprovechando la rosca para fijarla, eso y con otros dos prisioneros en la parte de 10mm han hecho que sea un punto muy fuerte para acoplar sobre él el equipo más pesado que pueda caer en mis manos como un telescopio de esos grandes o dicho de otro modo, preparado para montar ahí hasta la cámara más pesada. En el centro de la imagen se puede ver dicha pieza  y junto al tornillo sinfín el sistema de aproximación a la corona.

Llegados a ese punto quedaba fabricar el primer módulo reductor así que de nuevo recurrí a los módulos que actúan sobre la iluminación de los faros de los automóviles; a pesar de tener varios de varias marcas y modelos no encontré nada que se acercara a la velocidad que necesitaba que era 11 rpm (revoluciones por minuto).

Los lectores de CD que llevan varios años tirados por cualquier parte, hasta por el campo, tienen varios motores, uno que abre la puerta, otro que hace girar el disco, y otro que mueve el láser, pues bien, son silenciosos a más no poder, muy pequeños, las revoluciones como todos: altísimas ya que son motores de corriente continua llamados tipo universales, de escobillas, lo bueno es que rinden bien a un voltaje muy inferior del nominal, su valor es 12 voltios pero incluso con solo 3 voltios ya se pueden utilizar así que empleé uno de ellos con su sinfín y un piñón apropiado para la velocidad que necesitaba, también le fabriqué una pequeñita caja de madera para albergar todo ello y con un acoplamiento muy sencillo de “quitar y poner” de tal manera que cambiando este módulo por otro de diferente velocidad convierten a este aparato de ser seguidor de estrellas a poder hacer un timelapse de media hora con un giro variable de cinco minutos a una hora para un giro de 180 grados ¡más de lo que voy a necesitar!.

En cuanto lo tuve semi acabado y aprovechando una noche de nubes y estrellas subí al monte, no tardé más de cinco minutos en instalar el trípode de hierro con dirección a Polaris y poner a tiro el resto del equipo, en ese momento había nubes y se veía a Júpiter se quería ocultarse por el horizonte, ¡sería buena referencia!… ¡siempre a contrarreloj!… ¡siempre diez minutos tarde!!!

Mi experiencia me aconsejó hacer un timelapse durante media hora para ver el movimiento pues las fotografía que podía hacer en ese momento no serviría para nada; media hora después pude ver el resultado, fue ESPECTACULAR, el mejor conseguido hasta la fecha, incluso hasta la velocidad de seguimiento estaba EXACTA, producto de las pruebas y ajustes echas anteriormente en el taller, cada hora tiene que girar 15 grados. De nuevo en el vídeo del YOUTUBE al comienzo se ve la grabación.

Una vez desapareció Júpiter y sus dos lunas (bien visibles en el vídeo) me dediqué un rato a fotografiar estrellas entre las nubes para asegurarme cómo respondería el eje de salida con respecto a la inclinación de la cámara y pronto “mi gozo se cayó en el pozo” porque a pesar de que los ajustes estaban hechos a la milésima este cacharro también tenía cierto juego “loco” en el eje de salida, no le había puesto muelle de retención ni nada, por lo que necesitaría un muelle o cualquier otro sistema que lo mantuviera en una posición estable.

¿Qué podía hacer? ¿Era este cacharro otra «V»ersión más (aunque fuera diferente totalmente a las anteriores) que no era capaz de mantener un movimiento suave y uniforme? ¡Pues no! Esta era diferente y tenía que demostrarlo, de algo tenía que servir tanto experimento y tanto ensayo con diferentes materiales etc como para que resultara igual de torpe; en ese momento solo me quedaba actuar sobre el ajuste de la punta del sinfín que había preparado para acercar este a la corona y eliminar el minúsculo juego y así lo hice, a partir de ahí los resultados fueron espectaculares, a partir de ese momento las cuatro o cinco fotografías que realicé a cuatro ETERNOS MINUTOS (pues las nubes invadieron todo el cielo) resultaron las más efectivas hasta la fecha así que tendré que esperar a dos cosas, una a que la luna se oculte a la vez que el sol para fotografiar Andrómeda y Nebulosas y otra que las nubes dejen huecos o sencillamente desaparezcan para poder seguir haciendo fotografía astronómica..

Al día siguiente y viendo que “aquello” era el mejor “seguidor de estrellas o star track” continué con la labor que me quedaba de que pudiera actuar también como aparato timelapse pues con solo cambiar el primer módulo de reducción ya estaba listo, igual que la versión V1.

Esa era la idea, ya solo me faltaba este último módulo para tenerlo todo en cuestión de seguimiento, desde estrellas a puesta de sol así que tomé otro módulo de faros y me marché al taller a modificarlo para tal fin pero en las primeras pruebas de velocidad y sin apenas manipularlo vi que no se acercaba ni remotamente a lo que necesitaba, todas mis ilusiones se me destrozaron de inmediato como quien deja caer un melón maduro al suelo, no tenía ya más cacharritos para montar allí y no quería tocar (de momento) los otros aparatos “V”, me sentía como un gato sobre una chapa metálica en un tejado en pleno verano, lo tenía casi todo y por otro lado ya comenzaba también a estar harto de tanto piñoncito, tanto rodillo metálico para que no se desgaste el eje, tanta multiplicación y división para calcular las revoluciones y el tiempo pues habían sido tres o cuatro meses de experimentación y fabricación, eso sí, con aciertos y errores.

Un ratito después cuando estaba a punto de tirar la toalla y dejarlo para otra ocasión me vino la idea de cómo resolverlo, lo haría igual que el módulo anterior, fabricaría la caja o un pequeño armazón y en ella metería lo que necesitara que sería un pequeño motor con sinfín y uno o dos piñones reductores y no la cerraría para verlo girar,  y así lo hice…

En este módulo sí que de verdad disfruté, con la experiencia que había tomado en esto lo diseñé para que pueda estar cientos de horas funcionando sin desgaste, le monté unos ejes generosos del orden de 8mm y 12 pensando en que daría muchas vueltas tanto lentas como  rápidas, que irían lubricados para evitar el desgaste y el ruido y sobre todo que sería preciso y bastante silencioso pensando en que en el futuro cuando lo vea trabajando dando vueltas sin cesar y sin resentirse disfrutaré mirándolo una y otra vez mientras se van pasando los minutos y la cámara registra la minúscula luz de las estrellas o como la cámara gira siguiendo al sol en sus últimos minutos, o sea, cumpliendo perfectamente la labor por la que fue diseñado y construido pues este es realmente el premio por el tiempo y por el esfuerzo realizado.

A continuación las  «Pleyades»»Las  Siete Hermanas»  o «Las  Cabrillas», algo  impensable para mi unos meses antes. Tomada  con  el  seguidor V3  ya que la  versión  V4  las condiciones meteorológicas no han permitido ponerlo a prueba más veces pero «visto lo visto»  bien seguro estoy de que no me defraudará.
Mis astrofotografías no servirán para  descubrir planetas o satélites, solamente serán el recuerdo de un sueño, sueño esta vez cumplido, el de poder «sacarle los colores a la Vía Láctea» con mis propios medios.

Escena típica de una sesión de fotografía nocturna  o astronómica.
Si te pareció interesante esta entrada no dudes en compartirla. GRACIAS.
alcorlopantano.com   Agustín y sus cosas.

NOTAS AÑADIDAS el 16 de Diciembre de 2019.

Contento estaba con mi diseño diminuto del primer módulo reductor a partir de un pequeño motor lector de CDs pero a los pocos días de trabajar con él me comenzó a molestar su zumbido producto de las revoluciones por minuto y como en el campo quiero «escuchar el silencio» y pensando en que todo se puede mejorar fabriqué de nuevo otro mecanismo con mejores prestaciones, mucho más silencioso y con una vida útil larguísima basándome en el tan manido «mecanismo para regular los faros de los automóviles».
No quería tener que necesitar de un ajuste preciso a la hora de montarlo sobre el seguidor (aunque el ajuste no requería demasiada precisión) y pensé en un diseño que podría acoplarlo perfectamente incluso con los ojos cerrados así que pesé en este tipo de acoplamiento, un acoplamiento macho/hembra con una especie de chaveta para el arrastre, todo perfectamente ejecutado con el torno pero algo tenía que salir mal para estropear la idea.

Resultó que cuando me disponía a encajar una pieza dentro de otra por exceso de presión la corona del mecanismo se partió desapareciendo dos dientes de ella por lo que se convirtió automáticamente en inservible, todo mi gozo, mi mejor diseño se marchó a la basura.

Busqué alternativas pero no encontré manera de solucionarlo y deseché ese módulo de los faros pues a pesar de tener otros eran de otro modelo, de ese en concreto no tenía ninguno y era una pena porque la velocidad que producía era la ideal, el resto eran más rápidas por lo tanto casi igual de ruidosas que mi pequeño mecanismo al que iba a sustituir.

Ya metidos en harina no tiré la toalla y mecanicé otro módulo similar, lo dejé muy bien acabado, con una terminación muy buena y un funcionamiento impecable, más robusto, más silencioso y con más posibles horas de funcionamiento sin desgaste pero no dejaba de ser como el anterior: un acoplamiento entre piñones, pero la espinita que tenía clavada y el mal sabor de boca por haber partido los dientes de la corona no me dejaban sentirme bien, por otro lado no había tirado la toalla definitivamente, algo me decía que alguna solución pudiera tener algún día.

No me equivoqué, cuando después de probar el nuevo mecanismo que acababa de fabricar a punto de guardarlo todo para la siguiente salida al campo me vino la iluminación, una idea bastante descabellada con pocas posibilidades de éxito pero que tenía que probar, nunca antes había hecho algo tan delicado, tan pequeño, era un reto intentarlo así que al día siguiente me dispuse a volver a la vida el aparato que me cargué por exceso de prisas y por fiarme de los materiales; hay materiales de plástico que ceden sin partirse, se retuercen, se doblan, se estiran pero difícilmente se parten, estos suelen ser de aspecto blando, pero hay otros sin embargo que son al revés, duros como el cristal, resistentes al desgaste y la torsión y eso es lo que me pasó con el material de la corona, no resistió la presión y se rajó por medio a la vez que desapareció un trocito con dos dientes.

Basándome en la técnica que utilizan los protésicos dentales para fabricar fundas para la dentadura saqué un molde de una parte intacta de la corona, aprovecho para reflejar algunos detalles por si alguna vez te ves en esa necesidad o aunque sea solo por curiosidad.

Primeramente limpié bien la parte de donde sacaría «el negativo», luego la di una capa muy fina de aceite para que el pegamento que pusiera allí no se pegara al molde pero que no impidiera que se adaptara a las formas y líneas de los dientes. Tengo que aclarar que en parte la pieza se partió porque tenía un hueco en ese punto y no me percaté de ese detalle ¡malditas prisas!, era un piñón de una impresora con ese diseño.

Luego puse pegamento de esos rápidos de dos componentes en ese trozo «elegido» para sacar el negativo. Una vez secó el pegamento como el aceite impidió que se adhiriera al plástico no fue difícil desmoldarle.

Como la pieza tenía un hueco utilicé este para rellenarlo del nuevo material (pegamento duro) vino bien para que todo el relleno hiciera un buen cuerpo.

Una vez todo preparado había que hacer lo mismo con el aceite , esta vez impregné de aceite el molde para una vez seco el pegamento poderlo retirar sin que al hacerlo parte del «diente» se marchara pegado al molde.

Para que el «demonio no enrede» diré que la operación no salió perfectamente bien pues a pesar de haber apretado con pericia el pegamento por ambos lados entre el molde y la corona resultó que en el interior de la masa quedaron dos minúsculas burbujas de aire, una en cada uno de los dos dientes que debía fabricar, _Murphy siempre tan atento él_  por lo que a continuación tuve que rellenarlos con un poco de pegamento (de tamaño más pequeños que la cabeza de un alfiler).

Después de rellenar ese detalle la «reconstrucción de los dientes» tenían tan buen aspecto que yo mismo me di dos besos, era la primera vez que hacía una operación de ese tipo, el aspecto era impresionante, si el pegamento hubiera sido del mismo color que el plástico hubiera resultado difícil ver donde estaba la rotura.

Así que como la «nueva corona» ya estaba operativa tardé muy poco, en fabricar con el torno las piezas que necesitaba, eso sí, esta vez «metiéndola con mucho cariño».  Dos horas después ya tenía acabado el proyecto del día anterior, y poco rato después ya estaba girando todo el seguidor como si nada hubiera pasado, eso sí, esta vez tan silencioso que a un metro de distancia me costaba trabajo escucharlo trabajar.  Así quedó.
Como no estaba muy seguro de la fiabilidad de la operación esperé hasta el día siguiente para que el pegamento endureciera lo máximo posible para hacer un test, a modo de rodaje lo tuve durante cuatro horas trabajando con cinco veces más de esfuerzo de lo que va a tener que hacerlo; a medida de que iban pasando las horas el sonido de los mecanismos fue reduciéndose un poco más, las piezas hicieron su camino entre ellas pues al menos las que fabriqué estaban «metidas con calzador».

Para finalizar voy a reflejar otra segunda reparación, esta en el seguidor V1, el mismo problema, misma técnica  e idéntico resultado.
Resulta que una vez comprobado el rendimiento de la versión V4 no tenía mucho sentido utilizar la V1 como seguidor así que la preparé para movimiento de paneo principalmente. En los ajustes finos observé que el piñón de salida tenía cierto juego así que me vi obligado a corregirlo. ¡qué rabia, el piñón interno del eje de salida había perdido un diente y no tenía otro temporizador de horno!
«Quien hace un cesto hace ciento» (dice el refrán) así que de nuevo a hacer moldes y lo mismo del proceso anterior con idénticos resultados. Me temo que la avería de este piñón pudo venir de una caída del aparato contra el suelo o de un exceso de esfuerzo en un test que hice hace tiempo, de cualquier manera este reductor (al revés que el otro modelo semejante) el diseño de salida es un poco «flojo», el material es de plástico mientras que el otro es metálico por lo tanto mucho más difícil que se pierda un diente por el camino ja ja ja…

Una vez que tuve el molde hice un pequeño taladro en el centro del hueco donde fabricaría el diente, a modo de tornillo/perno que te ponen en la quijada una vez que perdiste la muela, ja ja ja, para que el material con el que fabricaría ese diente tuviera más agarre al haberse introducido dentro de la pieza, (hablamos de un ancho de corona de tan solo 5 mm, el taladro era de 1.5mm) luego limpié bien toda la superficie para que el pegamento se fijara bien.

Bueno pues hasta aquí, como verás hay mil detalles detrás de cada operación, y un montón más que no se cuentan como que se cayó un tornillo al suelo y desapareció como el humo, tornillo que era totalmente imprescindible e irremplazable porque era único y obligó a transformar el proyecto o incluso a abandonarlo, etc etc.

Sobre todo este tema del seguidor mi hijo me ha dicho: «No importa el destino, el camino es realmente lo importante. Lo que he disfrutado estos meses con el tema del seguidor no tiene precio.

Muchas gracias por llegar nuevamente hasta aquí. Agustín y sus cosas.