APD XL20, el micro perfecto.

El APD XL20 es un micrófono que cumple con las necesidades más habituales en la grabación de vídeo ya que puede captar desde el sonido más débil (como el canto de un jilguero en la rama de un árbol) hasta el sonido de una orquesta con un nivel muy alto de sonido, el diseño y las características técnicas son cuando menos curiosas de conocer por ello voy a relatar el montaje ya que se trata de una “manualidad” que no llega a costar 5 euros y para mi gusto es difícil superar sus prestaciones por su versatilidad y calidad de sonido. Está diseñado especialmente para trabajar con cámaras reflex como la Canon 80D o la Fuji T2 ya que los micrófonos que incorporan estas máquinas en cuanto se mueve un poco el viento el sonido se corrompe.

Hace poco tiempo me vi en la necesidad de tener un micrófono que eliminara en parte el ruido del ambiente y se centrara en la escena que tenía delante de la cámara, lo hubiera solucionado en parte si hubiera tenido en ese momento el equipo K & F Concept, dos micrófonos inalámbricos, los hubiera colocado cerca de los músicos y el ambiente del bar se hubiera visto alejado pero solo llevaba un micrófono amplificado estándar (casero) por lo tanto omnidireccional y aunque pudiera decirse que la grabación no salió mal teniendo en cuenta toda la improvisación ese mismo día pensé en mejorarlo y comencé a diseñar lo que podía ser el “micrófono ideal”. Aquí el enlace a esa actuación.

¿Qué tendría que tener para ser un micrófono ideal? Primero de todo tener la posibilidad de ponerle un filtro antiviento, ese abrigo de pelo que vemos con frecuencia en los reporteros de tv cuando hacen entrevistas en la calle.

Alguna vez hemos visto en la tv como “ruedan” una escena de cine en una habitación y cómo los técnicos de sonido emplean una “girafa” de micrófono ¿qué es? Pues es una pértiga que en el extremo tiene sujeto un micrófono grande… y ¿por qué es necesario ese micrófono allí? Se puede pensar que conque todo el mundo se esté en silencio mientras se graba es suficiente pero ¡NO! El sonido y la luz funcionan de una manera similar, a medida de que nos alejamos de la fuente la potencia cae drásticamente, para hacernos una idea servirá este ejemplo: si nos alejamos 1mtr de un punto de luz su potencia cae a la mitad y si nos alejamos 2 mtr no cae el doble sino CUATRO veces. En pocas palabras, se necesita estar muy cerca de la fuente de luz o de sonido porque de esa manera el ruido ambiente será siempre mucho más débil que si tomamos el sonido en un punto medio de la habitación.

Grabar vídeo como el que yo acostumbro y pretender capturar el sonido con una “giraba” sería como matar moscas a cartuchazos, pero a la vez sería el sueño dorado, de momento haría falta una persona dedicada exclusivamente al micrófono, o sea, IMPOSIBLE. Para mejorar el sonido en una actuación musical en el interior de un local se me ocurrió que la solución podía ser utilizar micrófonos direccionales, sí, esos que se utilizan en el campo para capturar sonidos de pequeños roedores o aves a grandes distancias pero volvemos al mismo problema, esos chismes miden medio metro de longitud y no serían prácticos pero como la idea era buena y mejoraría sustancialmente la respuesta del típico micrófono de zapata _y no digamos el que trae la cámara en su carcasa_ se me ocurrió diseñar uno con estas características.

El aparato en cuestión no podía ser demasiado grande, ni demasiado pesado, ni demasiado voluminoso, tenía que ser algo “comedido” algo que no molestase en la grabación ni en el manejo del equipo, que no fuera engorroso, que no llamara mucho la atención (porque la gente se mosquea pues hay mucho curioso y malpensado). De tantas exigencias pensé en el tamaño de una lata de cerveza, cocacola o refresco que son todas exactamente idénticas, ese tamaño y forma podía ser el adecuado, son de aluminio y ligeras como ellas solas, eso sí, algo flojas contra la presión, sobre todo en la “panza”.

En cuestión de electrónica lo tenía muy claro, solo hay que ver al comienzo del vídeo de La Toba como suena la Ronda de Chiloeches antes de llegar a la fuente y eso que está a más de 15 mtr de distancia, quiero decir con ello que el nivel de señal entregado con el micrófono que estaba utilizando en ese momento era más que suficiente.

Intenté mantener y modificar ese mismo micrófono pero finalmente deseché la idea pues al fabricarlo no pensé en que tendría que rectificar nunca nada y averías no tendría por lo que lo hice bastante sólido, contra golpes, caídas, agua, etc.

Me costaba menos diseñar otra electrónica idéntica así que me puse con el lápiz, papel y el esquema electrónico a diseñar la placa, luego la fabricación de la placa para alojar los escasos componentes electrónicos en ella, un transistor BC 550C, cuatro resistencias y dos condensadores y el micrófono del tipo electret ¡claro! Todo ello doble ya que es estéreo. Fabricación de la placa.

Tan rápido lo hice que se me pasó por alto insertar una de las resistencias, la cual luego pondría en la cara de las pistas, por lo demás funcionó perfectamente a la primera.

El siguiente paso sería el diseño de los filtros contra niveles EXTRA ALTOS  de sonido. No era fácil reducir drásticamente la potencia porque la forma de la onda sufría distorsiones importantes. La suerte quiso que estando con ello descubriera que el sistema funcionaba mejor si le instalaba una resistencia entre la base y el emisor del transistor, esto en el esquema que encontré por la web no venía pero me pareció un descubrimiento extraordinario porque aumentó considerablemente el rango dinámico y la calidad. Esquema original y modificado.

Después de varias horas haciendo pruebas con diversos componentes electrónicos y de comerme el coco bastante descubrí que con un condensador y una resistencia apropiados y colocados en la entrada de la etapa de amplificación estaba resuelto el problema. Hice varias pruebas chequeando la forma de la onda y me pareció estupenda la respuesta.
La idea era instalar un potenciómetro para tal fin pero no tenía uno adecuado en la caja de la morralla de componentes electrónicos así que pensé en poner unos microinterruptores y en vez de regular con un giro lo haría a golpe de botones.

Los microinterruptores que tenía tampoco eran los más adecuados pues necesitaba que tuvieran TRES posiciones al menos y estos tenían solo DOS así que los tuve que manipular para hacer un punto “falso” en el centro y conmutación a cada extremo, de esta manera ya tenía las TRES posiciones, una para la máxima SENSIBILIDAD, otra par la máxima POTENCIA, y otra para los niveles intermedios, de esta manera ya estaba preparado para grabar sonidos en cualquier ambiente.

Me gustaron las líneas de la lata de cerveza para mi nuevo “micrófono”; estas latas están diseñada perfectamente para aguantar mucha presión y peso teniendo en cuenta que es aluminio y de espesor tan fino que mi calibre no es capaz de medir “tan poca cosa” (más fino que un folio) pues de peso no habría problemas. Para corregir la fragilidad que tiene en el centro le pegué otro cuerpo de otra lata, de esta manera ya son DOS chapas las que conforman la parte más débil, no hay que olvidar que finalmente llevarían dos grandes orificios para la entrada del sonido y eso restaría resistencia mecánica al soporte.

El diseño para que el micrófono se comportara como DIRECCIONAL requería que tuviera una parte física a modo de trompeta; ¿quién no se ha puesto la mano en el oído haciendo forma de embudo para escuchar mejor a alguien o algo que está lejos? Pues este es el principio de funcionamiento.

El material del “embudo” no es cosa sencilla, debe ser de material blando no demasiado absorbente porque de ser así los sonidos de la parte alta de los agudos (5.000 hz en adelante) si no rebotan en el embudo no llegan al micrófono; por otro lado están los graves, si el orificio de entrada es pequeño se pierden en el interior. Finalmente opté por “goma eva” me pareció ideal, tanto por la textura como por el manejo para adaptar los dos embudos dentro del cuerpo de la lata de cerveza.

¡Todo no podía salir bien y a la primera! Una vez que tuve la electrónica en su lugar y los micrófonos al final de los embudos me puse a probar como respondía todo el conjunto. Para ello utilicé un generador de señales de audio de todo el espectro de frecuencias audibles y comencé a grabar las muestras. Señal ambiente grabada a 20 cm de una caja de altavoces, forma de onda senoidal pura.

La casualidad quiso (la mala casualidad en este caso) que aunque en general funcionaba muy bien había un micrófono que reproducía perfectamente los graves pero la parte de los agudos la desvanecía, el otro sin embargo lo hacía al revés ¡qué casualidad! Esto suele pasar por trabajar con “desechos de tientas y no con productos nuevos”. Cambié esos dos micros por otros dos similares y todo se solucionó.

Grabé archivos de varias frecuencias con ondas senoidales desde 40 hz hasta 10.000, las respuestas fueron casi perfectas incluyendo los filtros pues estando activos o desactivados la forma de la onda era exacta. Nota: las respuestas no fueron perfectas porque los altavoces que emitían las ondas tampoco lo eran pero no era cuestión de grabación sino de reproducción.

Ahora solo falta probarlo, por las pruebas que he hecho parece ser que los “embudos” aumentan la señal el doble que si no están puestos, esto se traduce en que el sonido ambiente se reducirá a la mitad; por otra parte al trabajar en modo “direccional” el efecto estéreo obtenido aumentará considerablemente.

En el diseño he tenido en cuenta el “seguro contra apagado accidental” del micrófono ya que “como uno no puede estar pendiente de todo constantemente” y Murphy suele estar atento para jugarte una mala pasada lo he diseñado de tal manera que aunque esa parte del micrófono se roce contra algo o alguien no se apague ya que no sobresale de la carcasa.

Una batería del tipo lipo (reciclada de un portátil) hará la función de alimentarlo, el tiempo de autonomía estimado es de 42 días ininterrumpidos.

Otro “seguro” es este diseño para conexionar el micrófono a la cámara, en el conector del micro hay una tuerca que evita que se salga o mueva pero en la cámara no hay nada por lo que se corre el riesgo de que el cable se enganche y se salga parcialmente el conector Jack de 3.5mm o que se mueva y haga ruidos así que con este acoplamiento no hay problemas pues se queda “enganchado” al cuerpo de la máquina.
Junto al conector hay un «regulador de volumen de entrada» que junto a los filtros y el menú de la cámara ya va a ser difícil no poder ajustar el amplio abanico de niveles que te puedes encontrar.

 

El diseño de la zapata también tiene lo suyo, una pieza metal y debajo otra de fibra de vidrio en forma de “V” para hacer de muelle y que no se salga fácilmente, simple, rápida y eficaz.

XL 20, ¿qué significa? Todo lo grande lo solemos llamar “XL”, desde la talla de una camiseta hasta el tamaño de un huevo, este micro es “grande”, sobre todo en tamaño, como “grande” espero que sea su rendimiento. El “20” supongo que será el año en curso. En las placas electrónicas que fabrico suelo imprimir la fecha porque el  t i e m p o  pasa demasiado deprisa.

Muchas gracias por llegar hasta aquí, espero que te sea de utilidad este montaje. si crees que puede ser interesante no dudes en compartirlo. Aquí una muestra de su primer trabajo. Para ver el vídeo con calidad AQUÍ por supuesto es recomendable utilizar unos auriculares.

alcorlopantano.com   Agustín y sus cosas.