«El abuelo», esa figura familiar por la que siempre sentí mucho respeto. Solo coincidí en el tiempo con uno de ellos pues el otro falleció antes de que yo naciera. Terrible mes el de Agosto de 1961 cuando mi madre perdió a su padre y una semana después a su primer hijo de 29 días de vida.
Mi madre era la sexta hija de una familia de siete hermanos por lo que mi abuelo ya era mayor cuando yo nací, no conozco mucho de su vida salvo algunos detalles _contados con los dedos de una mano_ escuchados a mi madre o a mis tías.
De oficio principalmente albañil donde trabajó hasta la edad de 78 años y falleció a los 84. Por lo visto era de testarudo a muy testarudo pues falleció de inanición ya que se negó a comer para acabar con su vida, el médico no pudo hacer nada contra eso, y con ello dejar de causar molestias a la familia conviviendo a temporadas en casa de cada hijo aún estando todos ellos viviendo en el mismo pueblo.
Recientemente me contaron que era una persona que generalmente andaba todo el rato canturreando, incluso el día en el que anduvo fabricando el ataúd de su esposa fallecida ese mismo día.
Contaba él que no habría en Alcorlo ni una docena de casas donde no hubiera puesto sus manos; construyó en el pueblo una para cada hijo de varias plantas (siete en total) más todas Continuar leyendo «El Abuelo y su tumba, 39 años después.»